Querida chica, eres hermosa.

Querida chica:

Muchas veces me he preguntado esto una y otra vez, pero a lo mejor si te lo pregunto a ti, me puedas responder, debido a que yo no logro encontrar las conclusiones que tanto debería hallar. 

¿Qué es lo que ves mal en ti?

Sí, ya empezaste a hacer la lista, ¿no? ¿Cuántas cosas llevas? ¿Cinco? ¿O diez? Puede que ni siquiera imagine el número, sin embargo, la cosa es que tienes que hacer una lista. ¿Y eso por qué? ¡No deberías siquiera pensar en algo! No se supone que te detengas, te mires en el espejo y digas: Já, la cuestión sería qué es lo bueno que hay en mí. Deberías mirarte y pensar: Dios, soy hermosa a mí manera. 

Sé que todo parece malo en este instante. Que, las virtudes que realmente posees no parecen querer salir a la luz para ayudarte ahora. Es como si supiesen que justo en este momento estás mal, así que se ocultan, para que no las encuentres de su escondite preferido. Pero yo tengo un secreto y es uno muy valioso: 

Tus cualidades están metidas cómodamente en tu corazón. 

Ah, no creíste que fuese así, ¿verdad? Seguramente dirás “Bueno, debe ser fácil sacarlas de allí”, sin embargo, creo que ya deberías haber aprendido que nada es fácil en esta vida y que, todo tiene sus obstáculos. El obstáculo para llegar a tu meta en este caso, es el autoestima. 

Oh, palabra maldita. Lo mucho que significa y lo poco que la utilizas. En lugar de amarte, llegas a odiarte. Te dejas ir, te vas a la oscuridad de una cueva de la cual no puedes salir, saltas, gritas… Y nadie llega hacia ti. ¿Cómo superar una cosa así? ¿Algo tan difícil que no parece tener fin? Sé que crees que es imposible, pero bien dice una frase muy cierta que “nada es imposible, solo superar a la muerte”. Y creo en ella, tengo fe en su certeza…

Creo en ti.

Ahora parece difícil, linda, pero la luz llega cuando menos lo esperas. Está allí, esperando que la halles justo como encontraste a la oscuridad. Porque lo bueno es paciente y encantador, él sabe qué mereces y qué no. Recuerda que no estás sola y que nunca lo estarás, porque hay gente que te protege sin parar. A lo mejor no lo notes y sin embargo, ahí están. Para ti. Para mejorar. 

Por eso querida chica, solo te pido que seas fuerte. Que aguantes como un valiente, un soldado y teniente. La ayuda está llegando, así que no desesperes, porque cada vez que lloras, una sonrisa muere. Déjalas vivir, así debes dejarte a ti. Tú eres la misma que conocí con sonrisas pegadas hasta en la frente. Solo están ocultas, escondidas por una máscara, que se irá poco a poco con las amigas adecuadas. No te rindas, te lo pido por favor, porque los únicos que han triunfado en el mundo son los que salen de esa tenebrosidad. 

Búscate, encuéntrate, sonríete y ámate. Solo inténtalo y llega a ello.

Siempre con amor,

Meli.