Escribir: música para mí♥

Siempre he querido poder expresarme a través de una canción. Cantar tan alto, que ni los pájaros puedan alcanzarme. Llegar al punto en el que tu boca se mueve al compás de la música sin que lo pienses. Uno de mis mayores deseos ha sido ese por muchos años, tal vez desde que era muy pequeña y ni sabía lo que “cantar” podía significar. Sí, algo con lo que sueño es pararme frente a un escenario y lograr deslumbrar con una simple canción.

Pero la realidad es dura, es la verdad, y es entonces cuando te das cuenta de que eso cuesta un poco más de alcanzar. Porque cuando comienzas a practicar y te oyes bien, te emocionas tanto que no te detienes ni aunque pase el sonido de un tren. Y es allí cuando vas avanzando, que tu garganta no aguanta más y donde tu cuerpo te dice: no, no, aquí pararás.

He llegado a altos muchas veces, sin embargo no he logrado terminar una sola canción. Cada vez que sigue, hay algo en tu interior que golpea: lastima, se queja. No es cosa de no saber ejercicios o simplemente ocupar más práctica, sino que mi garganta no está hecha para ello. No está hecha para aguantar. Y muchas veces me pregunté qué rayos haría sin poder expresarme cuando oía algo que me hacía erizar…

Y entonces, llegué a la escritura.

Escribir para mí es igual a la música: notas por doquier tras mis dedos en un teclado, bajo un lápiz, en un cuaderno desgastado. He creado melodías con palabras y vocales, sin contar los miles de verbos que he transformado en arte. El grafito y la tinta son mis instrumentos y la hoja es aquella que actúa como mi voz. Escribir termina siendo mi música, esa que ningún cantante podría interpretar tan bien como yo —pero no se ofendan, por favor, porque no soy capaz de brillar en un escenario en su comparación—.

Tal vez muchos piensen que reemplacé algo como relleno, pero realmente no fue así. La escritura llegó a mí como una salvación de mi mente: de mis problemas, de mi desesperación. Ha sido la única en la que he podido confiar ciegamente para desahogarme en llanto y alegría, publicando algunas cosas, guardando otras. Es como un diario que me sigue el ritmo, pero que sin embargo, no parece que pueda dejar. Y, ¿quién sabe? A lo mejor algún día llego a interpretar una canción, de cumplir ese sueño que de pequeña tanto anhelé, pero por ahora lo único que sé, es que esto es a lo que estoy destinada a hacer, no por despecho o insensatez, sino porque mi corazón lo grita como loco. Me dice una y otra vez, sin titubeos o arrepentimiento en él…

Que escribir es el sueño de mi vida y lo cumpliré.