12/29/2011

Capítulo 3

Cuando Aprilynne llegó a la puerta de su habitación estaba tan furiosa que, ni siquiera se dio cuenta de que había subido las escaleras sin jadear, o sudar como hace unas cuantas horas.


April abrió la puerta de su habitación y la cerro de un portazo tan fuerte que hizo temblar todo el apartamento.

Ella se sentó en el sillón de la sala y solo lograba hacerse preguntas y más preguntas ¿Qué se creía ese chico? Pensaba que ella era una presa fácil. ¡PRESA! Ni que él fuera gato y ella ratona. Era un arrogante, engreído, pero era tan guapo… ¡No! ¿En qué piensa? Ese chico era un imbécil al que espera no tener que toparse en su vida nunca más.

Para calmarse un poco, hizo lo que mejor sabe hacer cuando intenta relajarse… Leer un buen libro en su cama.

Aprilynne fue hacia su habitación, saco su maleta y empezó a acomodar su cuarto.

Puso un edredón rosa pálido con pequeños detalles en los bordes, luego puso las cortinas que iban a juego con el edredón. Sacó su reloj de escritorio y de pared. Colocó el reloj en el escritorio y colgó el otro en la pared por que afortunadamente había clavado un tornillo en está.

Sacó su odiada laptop y la puso en el escritorio, luego tomo su perfume, joyero, caja de maquillaje, esmalte de uñas y un espejo, pero al sacarlos se dio cuenta de que no tenía donde ponerlos, así que trajo la mesa de la cocina.

 — ¿Para qué la necesito allí? Comeré en el sillón y listo — se dijo April para sí misma.

Coloco la mesita al lado de la ventana, así tendría una buena vista mientras se maquillaba, se trajo una silla de la cocina, la coloco en frente de la mesa y se alejó para contemplar mejor como se veía.

 —Perfecto, pero… necesita algo más — April echó un vistazo a su alrededor y lo encontró, un pequeño mantelito en forma circular que quedaba perfecto en su mesa.

 —Ahora sí, listo —.

Colocó todas sus cosas y dejo lo mejor para el final.

Sus libros.

Saco los 47 libros que tenía y los acomodo en el estante al lado de su escritorio según el autor.

Cuando terminó se dedico a buscar sus libros nuevos; tenía tres libros nuevos y no sabía con cual empezar.

Podría ser un clásico llamado Orgullo y Prejuicio.

A la vez podía leer algo más novedoso llamado Anna and the french kiss que le llamaba mucho la atención

O un libro paranormal llamado Hush Hush de Angéles Caídos.

April no tenía ganas de leerse un clásico ni nada paranormal.

Hoy estaba romántica y quería leer Anna and the french kiss.

Cogió su libro con sumo cuidado y se dirigió a su cama, se acostó en ella pero primero la sintió. Era suave, cómoda, perfecta para una noche de Noviembre en la cual se dedicaría a leer.

April vio la hora. Eran las 6:00 de la noche y se sumergió en su mundo. Cuando ella leía se sumergía en un mundo donde solo existían los protagonista y ella y nada más, nadie más existía solo ellos. April leyó y leyó, hasta que noto que sus ojos se cerraban. Vio la hora eran las 10:00 de la noche, cerró su libro el cual había dejado por más de la mitad y se fue a dormir pensando solo en la historia de Éttiene y Anna. Ni siquiera se acordó de aquel apuesto chico que la había enfurecido tanto, ya que estaba segura de que no lo volvería a ver en toda su vida.

Lo que Aprilynne no sabía es que el próximo día esa suposición sería una total equivocación.

A la mañana siguiente…

Eran las 7:30 de la mañana cuando Aprilynne se despertó.

Lo primero que hizo fue estirarse en su propia cama, no quería despertarse aún. Luego fue abriendo los ojos lentamente, hasta que los abrió del todo. Movió su cabeza de un lado a otro hasta que su mirada chocó con la del reloj del escritorio.

Las 7:31 de la mañana… ¡Qué temprano es! Se dijo a sí misma.

Espera… ¿A qué hora tenía que ir a la Academia?

April empieza a espabilarse y recuerda… ¡Recuerda que tenía que estar a las 8:00 en punto en la Academia!

 — ¡Mierda, mierda, mierda…! — dijo April mientras se levanta corriendo de su cama.

Abre el clóset y coge lo primero que ve, ropa interior, un vestido, zapatos y…Y YA NO TIENE TIEMPO.

Corre hacia al baño con la velocidad de la luz, cierra la puerta del baño y prende la ducha.

Se recoge el pelo en una coleta, se quita la ropa del día anterior y se mete a la ducha. Pero… ¡Sorpresa! El agua está helada.

 —¿Cómo controlo este trasto? — se dijo April enojada.

Empieza a tocar los botones de la ducha al azar…

 —Muy fría, muy fría, muy fría… — empieza April mientras aprieta un botón rojo. April da un grito que oyen hasta los vecinos.

 — MUY CALIENTE, MUY CALIENTE, MUY CALIENTE —. April empieza a tratar de controlar la temperatura del agua…

Misión imposible.

 — ¡Me llevan todos los diablos! Ah no importa ya me bañe, no me voy a seguir bañando en este infierno —.

April sale de la ducha, se deshace la coleta y se seca con el paño más cercano.

Se pone un vestido floreado con un volado muy coqueto, además de llevar unos zapatos vintage de tacón muy elegante.

Sale corriendo hacia su cuarto para maquillarse, entra, y se dirige a la mesa- tocador que hizo para su maquillaje.

Se pone una sombra de ojos rojo pálido, lápiz labial rosado, con un brillo encima, y luego una base de polvos. Se cepilla su cabello y sale soplada hacia la puerta.

Pero antes se mira en el espejo, revisa que todo esté bien y ahora sí, corre hasta la puerta del apartamento.

April baja sus enemigas mortales de dos en dos, mientras maldice haberse puesto tacones.

Cuando llega a la recepción llega jadeando y cansada pero no se puede detener, debe coger un taxi lo antes posible.

 —Hola Aprily… —empieza la recepcionista.

 —Hola y adiós — dijo April mientras corre hacia la puerta.

Sale a la acera y localiza un taxi que está a punto de irse.

 —ESPERE ESPERE SEÑOR — grita mientras alcanza al taxi.

El taxista se detiene y deja pasar a April.

Linda muchachita piensa el taxista.
  
—¿A dónde la llevo señorita? — pregunta el taxista.

 —Calle 22, Apple Street —.

April mira su reloj y ve la hora. 7:50

 —Apresúrese por favor —.

10 Minutos Después:

April llega a la puerta de la Sede, toca cuatro veces y espera a que la atiendan.

El mayordomo abre la puerta.
  
—Hola señorita Aprilynne, es un placer informarle que usted está llegando… — empieza el mayordomo.

 —Sí, si ya lo sé. Tarde, es un minuto. Cuidado se muere por mi tardanza Jaime — dijo Aprilynne mientras entra a la Sede.

 —Pues he de informarle que no me llamo Jaime señorita, me llamo Alfonso para su información —.

Como si me importara… piensa April.

 —Perdone Alfonso, para la próxima lo tendré en cuenta —.

Debido al calor del momento, April no había notado a la directora en el centro de la sala, sonriéndole.

 —Hola Aprilynne me alegro de que hayas llegado. — dijo la directora con una sonrisa en su cara.

 —Hola directora, disculpe que haya llegado tarde es que… —

 —Tranquila querida, son solo 5 minutos —interrumpió la directora

 —Oh… Bueno está bien, gracias —.

 —Ahora, empecemos con la explicación para ponerte al día. Como sabrás querida, cada alquimista tiene sus propias habilidades, estas habilidades con llevan a que dividamos a los alquimistas por secciones. Como por ejemplo tú eres una de las pocas que puede leer mentes, las personas que leen mentes están en el sector número 1, ustedes se encargan de hacer investigaciones sobre la localización de la piedra filosofal —.

 —Espere un momento, ¿Cómo lo sabremos? ¿No se supone que la piedra puede estar en cualquier lugar? — dijo Aprilynne.
  
—Pues, según las investigaciones que hemos estado haciendo en los últimos veinte años se encuentra aquí, en este viejo pueblecillo de Seattle, por eso la Sede se ubica aquí, para que puedan investigar sobre ella. Además, necesitamos que mañana tú y tu pareja de trabajo vayan a investigar a una señora llamada Rosa, al parecer ella sabe algo de la piedra, pero he ido tantas veces a interrogarla que ya ni siquiera me cree y no me quiere dar ningún tipo de información. Por eso los mandaré a ustedes, los de nivel superior a hacer la investigación —.

 —Ah claro, y 2 preguntas más, la primera ¿Cuáles son los niveles inferiores? Y la segunda ¿Dónde está mi compañero? —.
  
—Bueno verás, el segundo nivel es el de los alquimistas que pueden detectar mentiras a la hora de hablar, resultan ser muy útiles en algunas otras investigaciones, y el tercer nivel es el de los alquimistas que pueden mover objetos con su mente, si bien son muy útiles, no nos sirven tanto en las investigaciones, son más útiles en el trabajo con las piedras, y tú compañero deberías estar ya aquí… Oh mira aquí viene — dijo la directora colocando una sonrisa en su rostro.

Aprilynne se voltea para ver a la persona que creía que no volvería a ver… Caleb.

 —Hola directora — dijo Caleb mientras que a su vez se vuelve para mirar a Aprilynne, levanta las cejas con un gesto sorprendido pero a la vez aburrido. Como si ya lo supiera.

Pero no sin antes revisar a April de arriba hacia abajo.

 —Hola Aprilynne — dijo él con una sonrisa.

 —Hola Carlos — dijo April con una sonrisa forzada.

 —Es Caleb. C-A-L-E-B Caleb — dijo enfadado.

 —Oh, perdóname Caleb, ¿Pero cómo quieres que recuerde tu nombre si te conocí apenas ayer? No es mi culpa que te hayas interesado tanto en mí, para que te hayas aprendido mi nombre — dijo divertida.

Touché pensó Caleb.

 —Sí, disculpa. Es que no pienso que sea de caballeros olvidarse del nombre de una hermosa dama como tú. Imagínate que problema sería tener esta apariencia y ser poco caballero, no lograría ser el hombre perfecto —.

 —¿Y cuando lo vas a lograr? —. La directora movía su cabeza mientras miraba a Caleb y a April a Caleb y otra vez a April, solo le hacían falta unas palomitas y sería una película perfecta.

 —Ya lo logré querida — dijo Caleb guiñándole un ojo.

Aprilynne rueda sus ojos ante este gesto.

 —Caleb, no sabía que se conocían, bueno como ya se conocen, será más fácil que tú le des un recorrido por la casa ¿no? Bueno creo que sí, los dejo hasta luego — Y dicho esto, la directora salió corriendo de la habitación.

 —Primero las damas — dijo Caleb.

 —Oh… Gracias — dijo Aprilynne sorprendida, no pensaba que Caleb fuera de ese tipo de chicos.

April y Caleb entran en la puerta de la izquierda que dice SOLO PERSONAL AUTORIZADO.

Se encuentran en un pasillo largo lleno de puertas, muchísimas en realidad.

 —¿Por qué hay tantas puertas? — pregunto April.
  
—Mira, las puertas de la izquierda son los laboratorios de las piedras preciosas y las puertas de la derecha, son los salones en donde se educa a los alquimistas jóvenes que viven por aquí y necesitan saber todo sobre alquimismo. —

 —Oh vaya… Y ¿tú te educaste aquí? —.
  
—No, yo me eduque en casa —.
  
—Oh… yo también — dijo April con una sonrisa. La primera sonrisa sincera desde que lo conoció.

 —Bueno, está es la primera clase de alquimistas. En este salón se les enseña a los novatos — dijo Caleb mientras abre la puerta.

Dentro del salón, se encontraban un montón de muchachas jóvenes, de entre 13 y 14 años. Cuando Caleb entró todas suspiraron y el profesor enojado se volteó para ver al muchacho que estaba causando conmoción en su clase.

 —Hola Caleb — dijeron todas al unísino.

 —Hola lindas, disculpe profesor pero venía para presentarle a la nueva alumna — dijo Caleb con una sonrisa.

 —Hola profesor —dijo April tímidamente.
  
—Hola querida, me llamo Charles Wexford. Disculpa otro día hablamos porque como podrás notar tú queridísimo amigo esta interrumpiendo a mis alumnas — dijo el profesor con cara exasperada.

 —Oh… Está bien, no se preocupe, ya lo note —. April rodó los ojos y luego vio a Caleb quien la estaba viendo fijamente. April no pudo evitar sonrojarse…

 —Bueno profesor nos vamos — Caleb no quitaba los ojos de April, simplemente no podía y no sabía por qué.

 — ¡Gracias! —.

 —Hasta luego chicas — dijo Caleb quitando la mirada de April y centrándose en las chicas.

 —Adiós Caleb — Gritaron todas.

Caleb y April salieron del aula, en ese mismo instante April se volvió hacia Caleb.

 — ¿Qué fue eso? ¿Tienes a todas las chicas a tus pies? — pregunta April enojada.

  —Pues al parecer si… ¿Por qué celosa? — Dijo con una sonrisa pícara cruzando por su rostro.

 — ¿Celosa? ¿Yo? ¿De ti? Solo en tus sueños —.

 —Pues esto debe ser un sueño por que estas celosa — La sonrisa de Caleb cada vez se hace más grande.

 —No lo creo, ahora ¿No tienes que enseñarme otras clases? —.

 —Si ven — dijo Caleb mientras se dirige a la otra puerta.

Cuando la abre, solo se encuentra un profesor dentro del aula, a diferencia de la otra que estaba a punto de reventar.

El señor que estaba en la clase era alto, delgado y bien parecido. Con unos ojos marrones y cabello rubio, nada comparado con el otro profesor que era bajo, gordito, calvo y feo.

 —Hola Ronald, te vengo a presentar a la nueva alumna Aprilynne Skye — dijo Caleb empujando suavemente a April dentro del aula.

 —Hola profesor, es un placer conocerle — dijo April tímidamente

 —Hola April, el placer es mío, sabes yo era amigo de tu padre — dijo el profesor.
  
—¿Cómo sabe que soy su hija? —.

 —Tus ojos son iguales a los de él —. Mientras decía esto el profesor amplio su sonrisa.

 —Ah ya veo, gracias —.

 —Con gusto, cualquier cosa que necesites me dices. Ahora disculpa pero me tengo que ir. Y cuídate de este muchacho que es un pillo —.

 —Gracias, sí, ya lo note — April soltó una risita tímida.

 —Lo sé. Bueno hasta después — y sin decir más, el profesor se fue del salón.

 —Listo, ahora falta el otro profesor, pero hoy no imparte clases, debido a que hoy es martes y él no trabaja los martes — dijo Caleb

 —¿Entonces ya termino el recorrido? — pregunto April.

 — ¿No, como crees? Faltan los laboratorios. Ven — Caleb se acerco a April y la tomó de la mano. Sorprendida por el gesto solo se dejo llevar, la presión de su palma contra la de él se sentía cálida y segura.

Caleb llegó a una puerta de las de la izquierda la abrió y entraron en ella.

En el laboratorio había todo tipo de cosas. Tubos de ensayo, pociones, piedras normales y piedras preciosas, y había una gran pizarra en el lado izquierdo del laboratorio. Luego se podían ver ocho mesas alargadas en dos filas cada mesa tenía cuatro sillas.

 —Este es el laboratorio y sabes que todos los demás son iguales, mira — dijo Caleb mientras llevaba a April a las otras habitaciones.

Llegan a la puerta continua, Caleb la abre y entran.

 —Es igual que el otro ¿lo ves? —.

Y de hecho, tenía razón, era idéntico al anterior solo que la pizarra era de color azul.

 —Sí, tienes razón — dijo April.

 —Yo siempre la tengo —. Después de decir esto Caleb, aún con la mano de April agarrada, la dirigió a la recepción otra vez. Llegaron al centro de esta y Caleb seguía sin soltarle la mano.

 —Ahora tenemos que esperar a la directora para que nos asigne la misión.  — Dijo Caleb.

 —Pero, ¿la misión no es hasta mañana? — pregunto April.

 —No, es hoy. Cambié la fecha —.

 — ¿Por qué? —

 —Porque quiero pasar un día contigo —.

 —Mentiroso, dime la verdad —
  
—Es la verdad, quiero conocerte April. Quiero que pasemos un día juntos tú y yo —.

 —Pero… todos los días vamos a estar juntos ¿no? —

 —Tal vez, pero hoy es especial, hoy es tu primer día en la academia, por lo que tenemos que celebrarlo —

 —Pero… —

 —Nada de peros, lo pasaremos juntos y punto —

 —Está bien. Si tú lo dices… —dijo April sonrojándose. Este chico quería estar con ella. Solos. ¿Que podía ser mejor?


5 comentarios:

  1. Todavia logré leer un capitulo (Antes de ir a dormir) me encanta tu historia!!! y como manejas todo de una manera bastante relajada. Lo unico que nu me gusto es que solo hay 12 capitulos ¬_¬! estoy exhando humos :$ bueno linda Salu2...

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    1. Jajajaja que son 12?? pero si son bastantes! (Digamos xD)
      Muchas gracias ^^!!! Dormi super linda y que te vaya bien en la U :) BESOS!

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    2. U.U Se dejo timar por él!!! ¬_¬! a pos para mi que me dedico a leer libros de hasta 1500 paginas doce capi me da ansiedad T T lo tienes abandonado no?¿?¿

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    3. :O espero algún día poder decir eso de que 1500 páginas es una costumbre o poco para mí, mis respetos :D
      R.

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  2. Me Quedé enganchado en lo de la escuela, los cursos, que ella le tocara como equipo Caleb, que estén en busca de la piedra, genial!! quiero leer más.
    Besotes enormes.
    R.

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