12/29/2011

Capítulo 6!


 — ¿Esté es tu carro?  —preguntó April sorprendida. Cuando Gabe dijo que Caleb tenía carro ella pensó, que sería un carro último modelo pero… se equivoco. A sus ojos tenía un carro marca Toyota Celica 2000.


 —Sí, hermoso ¿no? — preguntó Caleb emocionado. Se sentía realmente orgulloso de su carro.

 —Um… claro, lo tienes muy bien cuidado — ¿Acaso Caleb no era un niño de plata?

 Sí, lo sé, vamos, suban —dijo él muy entusiasmado

Caleb abrió la puerta delantera para April, hizo un ademán con la mano para dejarla pasar. 

Ella encantada, entró en el carro y se acomodó en el suave sillón de cuero.

 —Gabe, tú vas atrás — Caleb se dirigió a la puerta del conductor, pero Gabe lo detuvo. Lo abrazó por detrás, acariciando su pecho. Él se estremeció y trato de soltarse de su agarre.

 —Ay, pero, cariño ¿No me abres la puerta?

 —No

 — ¿Por qué a April si y a mí no? — preguntó Gabe haciendo pucheros. Odiaba el favoritismo.

 —Porque April es mujer y tú eres hombre, por lo que no te tengo que abrir ninguna puerta. Ahora ¡SUELTAME!

 —Uy Caleb, eres tan malo conmigo —Gabelo soltó, pero se paró de puntillas y se acerco a su oído —Y eso me encanta. ¡Miau!

 —Dios eres escalofriante Gabe — Caleb abrió la puerta de su carro, se sentó en el asiento de cuero, y se amarro el cinturón.

En unos segundos, Gabe entró en el carro, con una sonrisa radiante en su rostro. Caleb rodó los ojos y April rió.

 — ¿Por qué ríes? — preguntó Caleb curioso.

 —Porque te ves adorable enojado — Él empezó a sonrojarse.  

¿Se estaba sonrojando? ¿Desde cuándo se sonroja? ¡Maldita sea esta chica me trae loco!
  
—Mientes

 —No miente, cariño — dijo Gabe, metiendo la cuchara.
  
— ¿Ves? El detector de mentiras lo confirmo — dijo April guiñándole un ojo.

 —Sí, si vamos — Caleb colocó la llave en el auto, movió las marchas y empezó a conducir hacia la casa de la señora Rosa.

Pasaron unos minutos en silencio. Nadie se atrevía a hablar. El ambiente estaba tenso, incómodo. Todos estaban pensando algo diferente.

Es un carro hermoso. Viejo, pero hermoso. Se lo habrán comprado sus padres de seguro. O ¿Tal vez no? Se encogió de hombros. Luego le preguntaré pensó ella.

¿Por qué esta tan callada? ¿Dije algo malo? ¡Mierda, no la entiendo!

¡Ay No! Caleb se ve malditamente sexy desde aquí. Gabe se mordió el labio inferior. Quiero devorarlo ¡Grrr!

Caleb estaba harto de tanto silencio y tomó la mano de April por encima de las marchas. Ella entrelazo los dedos con los de él y sonrió.  

¡Perfecto no está enojada! Él suspiró aliviado y con una sonrisa en su rostro siguió conduciendo.

 — ¿Ustedes son novios? — preguntó Gabe triste y sorprendido

 —Claro que...

 —Sí —Él atrajo la mano de ella hacia su boca, y beso sus nudillos. Ella se sonrojo inmediatamente, pero no lo negó, lo que mantuvo a Caleb feliz.

 — ¿En serio? Puedo percibir cierto ápice de mentira en tu voz, pero suenas tan convencido terroncito… — dijo Gabe mientras analizaba a Caleb.

 — ¡Ja! Estabas mintiendo. Logré localizarlo ¡Sigues disponible! — Él empezó a balancearse en su asiento.
  
—Sí, pero no por mucho tiempo —soltó April, en un ataque de celos. ¿Celos? Mierda…

 — ¿Qué? — dijeron al unísono. Caleb, rebozaba de felicidad y Gabe rebozaba de furia y decepción.
  
—Na…nada. Olvida lo que dije — Caleb no podía olvidar lo que dijo. Ella quería estar con él ¿no? Se lo acababa de confirmar. Toda inseguridad que tuviese antes, quedo atrás.

Él apretó la mano de ella, y se prometió hacerle pagar la apuesta del día anterior.

 —A mí me huele a competencia. Y yo voy a hacer que la competencia desaparezca querida… Duerme con un ojo abierto ¿eh? — dijo Gabe señalando a April.

 — ¿Nunca te ha dicho tu mamá que es malo señalar Gabe? —April se volvió hacia el asiento de atrás —Nunca señales, lindo —Le guiño un ojo.

 —Te perdono esa falta de respeto, solo porque me dijiste lindo, cariño — dijo Gabe, rodando los ojos.

Ella se rió y devolvió la vista hacia el parabrisas.

Sonó el timbre de la canción Breakin the Habit de Linkin Park. April empezó a tararear la canción, mientras que Caleb contestaba sorprendido. ¿Escuchaba linkin park? Está chica era perfecta.
  
—Sí ¿hola? — Caleb volteó la cabeza hacia April y pronunció por lo bajo La directora. Ella asintió y volteó la mirada hacia la ventana

 — ¿Cómo? ¿Por qué tenemos que ir?

Gabe tocó a April en el hombro.

¿Quién es? Articuló Gabe

La directora.

Gabe se llevó una mano a la boca, haciendo un gesto sorprendido.

 —Sí, pero ¿Cómo sabremos quién es? — él suspiro — Esta bien, está bien. Apenas tenga el reporte se lo llevo. Adiós.  — Y colgó.

 — ¿Qué pasa? — preguntaron al unísono.

Caleb pego un frenazo en seco, haciendo que todos en el carro se tambalearan como gelatina. Él dio una vuelta y se dirigió hacia el Mall del pequeño pueblo.

 —Vamos a seguir al señor Robertt, ex esposo de la señora Rosa. ¿Por qué? Porque al parecer está comprando cosas “extrañas”

 —¿Lo están siguiendo? Pero, ¿Para que tenemos que investigar a su esposa? ¿No sería más fácil interrogarlo a él? ¿Se supone que él tiene la piedra? — preguntó April.
 — ¡Ay sí! Yo sinceramente no entiendo a estos alquimistas. Si yo tuviera que decidir preferiría no serlo. Primero la marca parece tatuaje ¡No! Los tatuajes de estrellas están ¡out! —Gabe hizo un ademán con la mano hacia la ventana — Y segundo se hacen una embolia cerebral para conseguir esa maldita piedra. Son unos amargados —

 —Cálmense un poco, yo les explico — Caleb tomó un suspiro — Lo estamos siguiendo para seguirle los pasos, necesitamos ver que materiales compra, guantes, talco, piedras como la cal, sábila, cosas que se necesitan para experimentar con la piedra. No podemos investigarlo a él, debido a que nos puede identificar. Sabe si somos alquimistas o no. Tiene un sensor o algo. Aún no logramos saber qué es. E investigamos a su esposa, debido a que ella nos puede dar más información que él. Con Gabe a nuestro lado, podemos saber si ella miente o no. Pero la entrevista la vamos a dejar para mañana porque a la directora se le ocurrió que ahora mismo quiere investigar a Robertt.  —Él tomo un respiro y se relajo.  

 — Y Gabe si se hacen una embolia cerebral no es tu maldito problema. Además ¿Por qué te importa la marca? Ni siquiera está a la vista en ti.

 — ¿Eso crees? Mi marca está en mi tobillo, cada vez que quiero ir a la playa, creen que tengo un tatuaje. ¡Es degradador! — Gabe alzó las manos y de un momento a otro las bajo 

— Hablando de marcas ¿Tú la tienes en el cuello no?

 —Sí. ¿Hasta ahora lo notas? —
  
—En realidad, sí. Haces buen trabajo cubriéndola

 — ¿La tienes en el cuello Caleb? — dijo April mientras se acercaba a él y le revisaba el cuello. Efectivamente, la marca estaba ahí. Una estrella dentro de un gran círculo con una C grabada en ella. Justo como el collar que April llevaba puesto. Ella buscó una cadena como la que ella usaba y la encontró. Era igual que la de ella. Solo que con una C.

 —¿Nunca la habías visto April? — preguntó Caleb aturdido.

 —No, nunca la había notado… Si la hubiese notado en la cafetería el día que te conocí, hubiese sabido que eras alquimista. Pero no lo note… Supongo que tú tampoco lo notaste ¿no?

 —No, ahora que lo pienso… ¿Donde tienes la tuya? — Caleb empezó a revisar a April de arriba hacia abajo

 —En la muñeca, mira — April se alzó la manga para que Caleb pudiera ver mejor.

 —Ya veo… Oh ya llegamos — dijo Caleb

 — ¡Ojala fuéramos de compras! Bueno, por lo menos vamos a ser como unos espías, sigilosos y cuidadosos ¡Miau! — dijo Gabe mientras se desabrochaba el cinturón y esperaba a que Caleb aparcara

 —Gabe ¿Me harías un favor? —

 —Por ti cariño, lo que sea.

 — ¿Mantendrías tu maldita boca cerrada?

April rió, mientras que Caleb se aparcaba y se apeaba del coche. Corrió para abrirle la puerta a April y ella fascinada por su caballerosidad se bajó del carro y le tomó de la mano.

Cuando estaban entrelazando los dedos, Gabe se metió en el camino de los dos, haciendo que se separaran bruscamente.

 —¿Nos vamos? — preguntó Gabe colocando una mirada inocente en sus grandes ojos azules.

 —Sí, vamos —gruño Caleb mientras metía las manos en los bolsillos, algo le decía que Gabe, iba a hacer su día imposible.

El centro comercial era pequeño en comparación con un ejemplar de Washington DC, era un edificio de un piso, color salmón, lleno de escaparates con ropa, zapatos, y tiendas de juguetes. En el techo del lugar había una gran cúpula roja, y en los bordes del techo decía Centro Comercial De Seattle. El trío de “amigos” entro por las dos puertas de cristal grandes que se deslizaban con sensores, recibiéndolos en el lugar.

Cuando entraron, comprobaron que, a pesar de que el local fuese pequeño, estaba lleno hasta la coronilla. La gente se movía de tienda en tienda, los lugares estaban llenos hasta reventar. Y casi no se podía transitar en los estrechos pasillos.

 —¿Cómo se supone que vamos a encontrar a ese señor con tanta gente? — preguntó April incómoda, estaba atrapada entre un señor flacucho y una muchacha con unas siliconas gigantes… ¡Wow! Eran muy grandes… Parecía que las habían inflado con 8 globos. Traumante.

 —Tranquila, yo ya lo he seguido antes, vamos — Caleb y Gabe fueron adelante, mientras que April se quedaba atascada con Ms. Pechos y flacuhín. No podía moverse, la tenían atrapada.

Como si Caleb se diera cuenta de lo que ella pensaba, se dio la vuelta y abrió los ojos como platos al ver a la muchacha que atrapaba a April. Ella extendió la mano para que Caleb la sacara de ahí, pero no llegó hasta él. Él se movió en un camino entre la gente, dio una movida hacia la izquierda, luego la derecha, y unos segundos después April sintió unas grandes manos en su cintura, agarrándola fuertemente.

 —¿Estás bien? — susurró la irreconocible voz de Caleb a su oído. Ella se estremeció, su aliento en su oído se sentía cálido y fascinante.

April solo logro asentir, mientras Caleb la llevaba hacia el centro del centro comercial, donde se encontraba Gabe, esperándolos.
  
—¿Estás bien, pichoncito? — preguntó Gabe con mirada preocupada.

 —Sí, gracias — dijo April
  
—Le decía a Caleb —Gabe le lanzó una fría mirada a April. ¿Desde cuándo la odiaba? Oh… claro. Desde que dijo que Caleb no iba a estar soltero pronto…

 —Tendré que acompañar a April, si va sola se puede perder —Caleb guió su mirada hacia Gabe — Gabe, tú ve hacia la izquierda por la tienda de comestibles y nosotros iremos por las tiendas de ropa, sé sigiloso. Tú también sabes quién es, si lo encuentras llama a mi celular. Ven y te doy el número.

 —Ay cariño, ¿Cómo crees? Yo ya tengo tu número —Gabe le guiño un ojo

 —Ah claro... Espera ¿Cómo putas tienes mi número? —

 —Contactos, cariño. Bueno, me voy a ir antes de que me mates, besitos — y sin decir más Gabe se fue corriendo hacia la tienda de comestibles.

 —Ese maldito gay —murmuró Caleb entre dientes mientras dirigía a April entre la multitud.

 —¿Por qué lo desprecias tanto? Él solo quiere tu atención, no seas tan grosero — dijo April mientras buscaba a un señor canoso, no sería difícil. ¡Ja! Solo un señor canoso, hay como mil abuelos por acá.

 —Ya sé que solo quiere mi atención, pero es traumante que me “ame” — Caleb hizo unas comillas al decir la palabra.

 —Sí, pero no seas tan brusco ¿sí? Dale una oportunidad. Tal vez puedan ser amigos… —

 —Pero, ya lo somos… Gabe es mi amigo, pero nuestra relación se ha hecho incomoda desde que me confesó que era gay, y que estaba enamorado de mí… — Él acercó a April un poco más hacia su lado.

 — ¿Qué? ¿Desde cuándo se conocen? Pensé que Gabe era una fan o algo por el estilo…
  
—No, Gabe y yo nos conocemos desde hace 2 años, cuando él entro a la Academia, él tenía 14 y yo 16, hace un año me lo confesó. Desde ahí no he podido ser igual con él. Y como habrás notado, él tampoco es como un amigo en realidad, parece como si fuera un acosador —Caleb se estremeció y siguió buscando a Robertt por los escaparates —Mis amigos dicen que no debo prestarle mucha atención, pero no logró hacerlo. Tan solo me incomoda.

 —Ya veo, bueno… tendrás que seguir viviendo con ello —April le dio una sonrisa alentadora a Caleb, él le dio un apretón en la mano, como agradecimiento — Y tus demás amigos ¿Cómo son?

 —¿A qué te refieres? ¿Si son alquimistas? — Caleb iba cauteloso en los pasillos, llevando a April de un lado a otro, escondiéndose en ascensores y detrás de plantas, para que no los encontraran.

 —Sí, aunque tengo entendido que tú y Gabe son los únicos alquimistas masculinos ¿no? — April se agachó un poco para ver si encontraba su objetivo. Él se volteo a verla con cara confusa.

 —¿Quién te ha dicho eso?

 —La directora ¿Por qué?

 —Oh… eso lo explica. No hagas mucho caso a lo que dice la directora, es muy olvidadiza, nunca se acuerda de los demás alquimistas masculinos…
  
—Oh… Entonces, ¿Tus amigos son alquimistas?

 —Sí, los tres son alquimistas. Mira mi mejor amigo es Raúl, nos conocemos desde que entre a la Academia para hacer investigaciones, él puede detectar mentiras, igual que Gabe. Y luego están Joseph y Jeremy. Son gemelos, ellos son del sector 3. Trabajan en el laboratorio y…

 —¿Y cómo es que no los he visto en estos 3 días en la Academia?

 —Ah, eso es porque Raúl, tuvo una pequeña crisis familiar, por lo que tuvo una semana libre, Y Joseph y Jeremy tomaron vacaciones y se fueron a disfrutar en Puerto Rico. Se supone que hoy vuelven a la Academia. Si los encuentro te los presento ¿Te parece?

 —Claro, además yo ya te presente a Scarlet. Es lo de menos que puedes hacer — dijo April divertida. En realidad ella no le había presentado a Scarlet, ella se había presentado sola.

 —Cierto — dijo Caleb sonriendo. Su sonrisa se desvaneció al captar algo en una tienda —April… ahí esta Robert. Date vuelta cuidadosamente y vigila, yo llamaré a Gabe.

 —Está bien —April se dio la vuelta para encontrarse a un señor de piel negra, grande, rapado y con un bigote canoso. Media como 1.90 y sin duda la intimidaba.  Llevaba ocho bolsas del supermercado, aunque no parecía que llevase comida, más bien, según lo que podía ver, llevaba lubricantes, sabia, piedras… Cosas poco usuales.

 —Sí Gabe, ya lo encontramos ven — Él frunció el ceño y colgó —Dijo que viene para acá —

 —Está bien, Caleb, tenemos que alegarnos. Ese señor nos está sintiendo desde aquí.
  
—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

 —Leí sus pensamientos, está alarmado, y ahora está revisando en todos los rincones del lugar, si nos ve, estamos perdidos.

 —Oh claro, buena idea, pero tenemos que seguirlo. No podemos perderlo de vista, esperemos aquí a Gabe y cuando llegue, lo seguimos — Él llevo a April detrás de un ascensor, que estaba en perfecta localización para lograr espiar a Robert.

 —Está bien. Solo espero que no se vaya…

Después de unos minutos, lograron ver a Gabe, dando saltitos por el lugar, hasta llegar a ellos.

 —¡Hola! Volví, ¿Me extrañaron?
  
—Sí, sí, agáchate, idiota, que te puede ver — dijo Caleb jalando a Gabe hasta el suelo.

 —¡Uy Caleb! Eres taaan grosero — Gabe empezó a hacer berrinche en medio lugar.
  
—Chicos, Robert se está moviendo, vamos — dijo April. Jaló la mano de él para que la acompañara, y así lo hizo. Gabe fue detrás de ellos.

Robert se dirigía hacia la salida del lugar, estaba lleno de personas, por lo que resultaba difícil seguirle el rastro. Aunque, no era tan difícil seguir a un hombre tan alto como las torres gemelas.

 —¡Se está yendo del lugar! Qué bien, este lugar solo me trae sudor y chicos asquerosos — dijo Gabe, estremeciéndose.

 —Sí, vamos

Cuando finalmente lograron salir del lugar, lograron localizar a Robert, montándose en un carro Land Rover, extremadamente grande. Claro, carro grande, hombre grande pensó April…

Se dirigieron al Celica 2000, montándose rápidamente para poder seguir al señor a su casa. 
Tenían que averiguar que tenía en esas bolsas.

 —¿Dónde está? — Caleb buscó con la mirada el Land Rover —Mierda, lo perdimos

 —No, mira, ahí está —dijo April señalando al carro.

 —Perfecto, vamos.

Caleb puso las marchas, y piso el acelerador. April se sostuvo del asiento, y Gabe del cinturón.

El Land Rover salió del estacionamiento hacia la autopista, y el Celica lo siguió cuidadosamente, desde una distancia calculada.

El carro iba en silencio, todos estaban atentos a donde se dirigía el carro, a la derecha, a la izquierda, ¿iba a parar? Nadie lo sabía, y eso los mataba

El Land Rover se detuvo al lado de un callejón oscuro, Robert salió de él y se dirigió a ese oscuro lugar.

 —Alguien tiene que bajarse —Caleb se desabrochó el cinturón —Iré yo, quédense aquí, tengo que verificar si vive por aquí.

 —Yo iré, corazón — dijo Gabe mientras se desabrochaba el cinturón y miraba a Caleb
  
—No Gabe, iré yo, parece muy peligroso, además, no sé que hay ahí

 —Yo iré, quiero ir ¿está bien? Abre el carro — Caleb suspiró, y abrió el seguro del carro 

—Ten cuidado, Gabe

 —Tranquilo, no me pasará nada — Gabe se bajó del auto y se dirigió cauteloso, al callejón oscuro.

 —Caleb, ese lugar no me parece confiable — Ella tomó su mano — Siento un mal presentimiento —Él apretó su mano —Todo estará bien April, no te preocupes.

April suspiró —Está bien… — Él beso su mejilla, la cual estaba más pálida y fría que nunca.

 —Dios, April estas helada.

 —Es por el pánico que tengo
  
—¿Pánico de qué?

 —De que le hagan algo a… —Se oyó el sonido de una pistola cerca, y seguido de eso un grito agudo, luego un golpe en seco

 —¡GABE! — Gritó April, apeándose del carro.

Caleb a su vez, salió del carro, y corrió hacia aquel callejón. Ella iba detrás de él, asustada y temerosa.

 —Quédate aquí April

 —Ten cuidado, Caleb, por favor
  
—Lo tendré

Caleb se dirigió con cautela hacia el lugar. Buscó a Gabe en la oscuridad, pero no lo encontraba. ¿Lo secuestraron? Lo que me faltaba… Maldita sea. En algún lugar cercano, se oyó un gemido.

 —Gabe ¿Dónde estás?
  
—A…aquí.

Al final del gran oscuro lugar, se encontraba Gabe, tirado, sangrando del brazo derecho. Chorros de sangre salían de él. Sin duda la bala lo había herido. Caleb lo cargó en sus brazos y se dirigió al coche.

April lo estaba esperando al final del callejón, cuando vio a Gabe, abrió los ojos como platos y se llevó una mano a la boca. Empezó a llorar, no podía evitarlo.

 —Tranquila, April. Va a estar bien. Ayúdame, abre la puerta trasera

 —S…sí.

Ella se acercó al carro, abrió la puerta trasera y ayudo a Caleb a meter el cuerpo mal herido de Gabe. Después se dirigió al asiento delantero y espero a que Caleb entrara. Después de unos segundos él entró, pálido como un fantasma.

 —Hay que llevarlo al hospital, Caleb.

 —No, hay que llevarlo a la Academia. Ahí tenemos hospital. Créeme lo curarán

Él encendió el carro y condujo a máxima velocidad, tomando la mano de ella para calmarse un poco.
  
—Caleb…

 —¿Qué pasa April?

 —Nos están siguiendo…

 —Mierda…

1 comentario:

  1. ¿Que loco anda disparando por ahí? por cierto,q ue traumatizante seria que te acosara un Gay XD! Buen capi :*!

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