12/23/2011

Interlocking Stars! Capitulo 2!


Capitulo 2

Cuando Aprilynne llegó a su habitación estaba sudando más que Homero Simpson corriendo en una maratón.

Su maleta pesaba una tonelada y subir las escaleras era una cosa… Pero subirlas con un yunque en mano es otra totalmente diferente. Casi no podía respirar; había sido mala elección ponerse un suéter grande y caliente con semejantes monstros.

 — ¡Bendito sea Dios! ¡Llegué, llegué! — grito April. Solo podía pensar en la canción Halellujiah de Bon Jovi; había logrado sobrevivir.

 — ¡Cállate! Estamos tratando de dormir aquí — dijo una voz cercana

 — ¡Son las tres de la tarde! ¡DEBERÍAS DARME LAS GRACIAS POR SER TU DESPERTADOR!

Se oyó un gruñido cercano y no hubo más acción.

April metió la llave de su habitación en la cerradura de la puerta, le dio una vuelta hacia la izquierda y entró…

Y vaya sorpresa, cuando observó un pequeño apartamento muy… pintoresco. Esa fue la única palabra que se le ocurrió.

Consistía en una mini cocina con un microondas, estufa, lavadero y una pequeña mesita para comer —suponía ella que era para eso — con dos sillas alrededor.

También había una pequeña salita con un sillón para dos personas y un televisor en mal estado.

El piso estaba tapizado en un verde oscuro y solo la cocina tenía losas de cuadritos negros y blancos.

En la parte de la sala, April logró localizar dos puertas, las que supuso eran del baño y su habitación.

Ella dejó la maleta en la sala y fue a la puerta derecha, puso la mano en el picaporte y la abrió, viendo que era el baño.

Era pequeño, pero no diminuto. Estaba el inodoro que se veía en orden, a la izquierda, al fondo en el centro, una bañera con ducha…

 Lo mejor de dos mundos

Y el lavamanos en una mesita. El piso era de baldosas azul marino y las paredes eran de un color beige.

El baño no esta tan mal, pensó April.

Luego fue a su habitación, la puerta de la izquierda.

Al entrar se encontró con una cama Queen viendo hacia la puerta, al lado de la cama, en los dos lados, tenía unas mesitas de noche con unas lámparas pequeñas y blancas. En la mesita de la derecha se lograba ver un teléfono gris en forma horizontal.

Al lado derecho de la cama había una gran ventana con unas cortinas ajadas y un mini balcón al abrirlas.

Después de la ventana había otra puerta deslizante que de seguro era el armario.

Y por último había un escritorio en la parte izquierda de la cama, con un estante para libros.

 —Por lo menos mi habitación si está decente — dijo April, mientras empezaba a ver cómo iba a decorarla. Había traído todo tipo de cosas como cortinas, edredones, su reloj preferido para colgar en la pared, su cuaderno de frases, todos sus libros —que eran como mil —, su reloj para escritorio, pisa papeles y su queridísima y a la vez odiada laptop.
April juraba que ese aparato tenía algo contra ella, pero aun así la “amaba”.

Cuando iba a empezar a desempacar, sonó el timbre de la Pantera Rosa en su celular.

Cogió su celular sin ver a la pantalla y contestó

 —Hola mamá — dijo April
  
— ¡Hola April! ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Estás muy cansada? ¿Ya almorzaste? Mira que ya van a ser las 3:00 y si no has almorzado vas a terminar desmayándote del hambre. —dijo Madeleine 
  
—Muy bien mamá, gracias. No estoy cansada; si ya almorcé en el aeropuerto y deja de hablar tan seguido, me vas a provocar una jaqueca —dijo April haciendo una mueca. Su madre se preocupaba mucho por ella, pero a veces resultaba ser un poco sobreprotectora.

 —Perdona April. Oye amor… tienes que ir a la sede a las 3:30 y también…

 — ¿Cómo que tengo que ir a las 3:30? Me dijiste que tenía que ir hasta mañana y…

 —No me interrumpas, señorita. Tienes que ir, ¡vas o vas! ¡¿Me oíste?! ¡Si no vas, iré yo misma a Seattle y te jalare de las orejas! —gritó.

 —Está bien, está bien. No hay necesidad para que recurras a la violencia mamá. Iré ahora mismo…  ¡Ah, casi se me olvida decírtelo! —Ella sonreía mientras decía eso.

 — ¿Ahora qué? — dijo enfadada.

 —Te amo, mami — dijo April, ahogando una carcajada.

 —Yo también mi amor y… ¿Espera porque me lo estás diciendo? ¿QUÉ HICISTE APRILYNNE SKYE?
  
—Nada… —dijo, aparentando inocencia—, lo que pasa es que hace unos minutos estuve a punto de morirme por unas estúpidas escaleras y un yunque… Entonces quería decírtelo mami. Adiós

 — ¿CÓMO QUE A PUNTO DE MORIR? ¡Aprilynne! ¿Qué hicis…?

Ella colgó dejando a su madre con la angustia.

Necesitaba cambiarse si iba a ir a la Sede…

Cogió su maleta y la abrió, para ver que se pondría. Como ella estaba en el aeropuerto, solo se puso unos jeans y una sudadera gigante, sin embargo, si iba a conocer a las mejores alquimistas del mundo debía de verse decente.

La maleta de April, en realidad, estaba llena de ropa vintage. Le encantaba, aunque era vieja era preciosa y tenía unos toques especiales que hacían que le encantase. En Wisconsin —que era su estado natal—, había pocas tiendas de ropa vintage, así que ella esperaba que allí pudiese conseguir alguna que otra buena prenda.

Se puso una blusa de color beige, la cual era ceñida al cuerpo, aunque las mangas eran sueltas. Tomó un jeans tubo y unas converse All Star negras. Después de unos segundos, se vio al espejo que había en su habitación. Se arregló su cabello, que era lacio pero que en las puntas, formaban colochos. Se colocó brillo labial, se arregló las pestañas con rímel y sus ojos verdes con delineador negro. Sombra de ojos rosado pálido que se notaba muy poco. Se empolvó su nariz —cual típica señora de época—, y se dijo que estaba lista.

Cerró la puerta de su apartamento y se dirigió a su mayor temor…

Las escaleras.

Después de unos quince minutos.

April estaba embobada con la fachada de la Sede.

Era una gran casa victoriana con una puerta gigante y ventanales hermosos. El lugar era de color negro y tenía unas rejas alrededor del edificio, además, estaba rodeado de unos jardines preciosos y bien cuidados con rosas, margaritas y dientes de león.

Llegó a la puerta y observó que tenía un mini objeto colgante en la puerta en forma de U.

Decidida, lo agarró y tocó debido a que —al parecer—, no había timbre…

Cuando se abrió, apareció  un señor alto, delgado y viejo.

Seguro es el mayordomo…

 —Buenas tardes, muchachita ¿Qué desea? — preguntó.

 —Buenas tardes. Disculpe, busco a la señora Magdalena Sprote — respondió April.

 —Y ¿para que la ocupa?

¿Y a usted que le importa?

 —Asuntos para entrar a la academia, señor
  
—Oh… Ya veo —le dio una mirada aburrida— ¿Marca?

 —¿Marca? Un toyota —ella le vio con cara enfadada— ¡Ni que fuera carro!
  
—No, señorita insolente. Me refiero a su marca de nacimiento

 —Ah… Perdone.  —April se levantó la manga y le enseñó la marca en forma de estrella en su muñeca.

 —Muy bien… —él le revisó de cerca. Cuando estuvo seguro de que estaba bien, asintió
—Puede pasar, muchachita

 —Gracias — dijo April mientras lo veía a la cara.

Este señor es más serio que un burro en lancha

Finalmente, entró y volvió a quedarse atónita.

Al entrar se lograba ver un espacio en donde se encontraban unas escaleras gigantes que se partían en dos lados: izquierdo y derecho. En el techo se apreciaba un gran candelabro —muy elegante—, con puras piedras preciosas y… en el suelo, una gran alfombra negra que dirigía hacia los peldaños.

Le pareció gracioso ver que, debajo de las escaleras, había dos grandes puertas que decían “SOLO PERSONAL AUTORIZADO.”

April estaba tan sorprendida con la belleza del lugar, que ni siquiera se dio cuenta de que en las escalerillas, se posaba una señora de unos 50 años de edad, que aparentaba tener 30. Delgada, alta, con piernas larguísimas y cabello color negro azabache, recogido en un moño recatado.

 —Bienvenida Aprilynne, estábamos esperándote querida —dijo la señora
  
—Oh muchas gracias. Disculpe que me haya atrasado, lo que pasa es que en el camino había un perro gigante que media como dos metros y empezó a seguirme…  ¡Estaba muerta del miedo! Pensé que me iba a comer, porque aunque parezca mentira, tenía una bocota del tamaño de un yeti y… —hablaba rápidamente, de pronto muy torpe. La mujer la hacía poner sus nervios de punta, pero dejó de hablar inmediatamente al ver su expresión.

 —Está bien, querida. No te preocupes — le dijo mientras bajaba las escaleras y se dirigía hacia ella.

 —Bueno, está bien

La señora no le parecía de fiar, así que decidió leerle los pensamientos. Se concentró unos segundos en su cara, luego en su cabeza… Hasta que juraba que podía verlo y oírlos.

—Pobre niña, debe estar tan asustada. A ver Magda, mantente firme— pensó Magdalena.

Ohh… no es tan mala. Vaya, es muy cierto el dicho de “no juzgues a un libro por su portada”
  
—A ver… yo soy la directora de la Academia, niña. Por el día de hoy, solo quería conocerte. A partir de mañana vendrás a las 8:00 am para un recorrido en las instalaciones y, luego te explicaremos las misiones que tendrás que hacer con tu compañero de trabajo

 — ¿Compañero? —April le vio con cara confundida— Disculpe, pero yo tenía entendido que solo somos mujeres.
  
—¡Oh no, querida! Todas somos mujeres, excepto él y otros más. C es una excepción — dijo la directora sonriendo de oreja a oreja

 — ¿Así se llama? ¿C? —preguntó ella, extrañada.
  
—¡Claro que no! Le decimos así de cariño. Él se llama…
  
—¡Directora! Necesitamos que venga con nosotras en este instante, por favor — le dijo una muchacha que apareció de la nada.

 —¿Ah? ¡Ah, sí un momento! April dime una cosa, ¿cuál es tu especialidad?
  
—Mi especialidad es leer mentes, directora.
  
— ¿¡Leer mentes!? Vaya, vaya… —le dio una mirada escrutadora—. Eres una de las pocas que tiene esa habilidad. Entonces harás las misiones del tipo 1. Al fin podremos empezar.

 — ¿Misiones? ¿Cuáles?
  
—Disculpa, cariño, me tengo que ir. ¡Mañana te explico! Adiós — y se fue corriendo en sus tacones de punta de 10 centímetros.

La directora es muy… peculiar

Ella se dio cuenta que inconscientemente había cogido un mechón de cabello y  empezó a enrollárselo en su dedo. Que maña que se le había hecho…

—Me vendría bien un café, me parece que vi un Starbucks en la plaza por mis apartamentos. Iré ahí, necesito mi dosis de cafeína— se dijo April a sí misma. En realidad, el café era su adicción. Siempre tenía que tomar un poco.

Se dio la vuelta, se despidió educadamente del mayordomo malhumorado y se dirigió a su destino. Café.

15 minutos después…
  
—Buenas tardes, quiero un capuchino por favor —le dijo April.

 —Sí, en un momento está —respondió el muchacho del mostrador.

Era un chico regordete, con frenillos y muchísimas pecas. Además era de cabello castaño. Se le veía serio, enojado en otras palabras.
  
—Tenga
  
—Um… Gracias

Con su dosis necesaria, se dirigió a la puerta, pero cuando iba a abrirla la abrieron antes que ella, haciendo que el café se regara en el piso y hasta en sus zapatos.

 — ¿Qué demoni… — gritó April, hasta que los vio.

Vio unos preciosos ojos grises con destellos azules, para después ver un cuerpo para morirse; delgado pero musculoso y unos brazos torneados maravillosos. Alto, piernas largas y un cabello negro con un corte corto, pero perfecto.

Sus ojos se engancharon hasta que el muchacho reacciono.

 —Perdona, preciosa ¿estás bien? —le preguntó él.
  
—Um… sí, sí… gra…gracias — dijo April. ¿Por qué estaba tartamudeando?

Vaya… vaya… chica nueva, pensó él.

 —Me alegra, disculpa no vi donde venía. Soy Caleb y ¿tú, linda?  — preguntó Caleb revisando a April de arriba hacia abajo.

Chica nueva, pero hermosa y tímida. Mmm… delicioso. Presa fácil

 —Me llamo Aprilynne y… ¡Hey! Mi cara está aquí, no abajo —le reprendió enfadada. Había leído sus pensamientos y no le gusto nada lo que oyó. ¿Chica tímida? ¿Presa fácil?  ¡Ya vería como no era presa fácil!

 —Oh, yo… —la vio aturdido. Ninguna chica le hablaba de esa manera—, estaba viendo tu ropa. Espero disculpes mi descuido. Si me dejas, te compró otro café
  
—Vale.

Mientras se dirigían al mostrador de nuevo, April se fijó que ya no estaba el muchacho amargado. Ahora se encontraba una chica muy linda de ojos azules y cabello rubio.

Caleb la revisó de arriba hacia abajo.

 —Hola, hermosa.  ¿Me das un capuchino y un café late? —Él le guiño un ojo a la chica.

 —Claro, enseguida, guapo. — dijo ella, sonriendo de oreja a oreja

Que idiota, pensó April. Pero es tan lindo, hay algo en él que me hace querer darle un beso de la nada  Además, esa chica no estaba tan linda… Le dijo “hermosa” por compromiso… Su nariz es un poco estrecha y… ¿Qué? ¿Por qué estoy pensando eso? ¿Siento celos? No… yo no tengo celos, solo que yo soy más linda que esa chica o ¿no? ¡Genial, tengo celos por un desconocido!

April rodó los ojos y Caleb la vio

 ¿Qué hay con esta chica? Ni siquiera me presta atención

 —Aquí tienes, lindo — dijo la muchacha entregándole el café a Caleb y tirándole a April el capuchino.

 —Gracias, nena

April volvió a rodar los ojos.

 —Am… Muchas gracias… —fingió pensar unos segundos para acordarse de su nombre y hacer como si hasta en ese momento lo recordara—Carlos .

 —Es Caleb —le corrigió, extrañado. Ninguna chica se había olvidado de su nombre.

 —Eso Caleb, perdona. Bueno, adiós —Y tomando un sorbo de café, se dirigió a la puerta.
Antes de irse Caleb no se resistió y le leyó la mente.

Que idiota ese chico, se cree lo mejor del mundo. Arrogante ese. Pero… Era tan apuesto y su actitud de malote… Joder, me gustó.

¿Me cree arrogante? ¿Yo, Arrogante? Pues sí, soy arrogante…  Y esa es una de mis mayores ventajas, pensó Caleb, poniendo una sonrisa atrevida en su rostro.

Abrió la puerta, mientras le daba una última mirada a la joven de ojos azules y se fue.

Esa chica caerá a mis pies

By, 
 ¿Qué dicen? ¿Les gusto?

3 comentarios:

  1. Ay Meli me reí tanto con eso de la marca y el toyota xD jajajaja!! Te pasaste! Y lo peor de todo es que todos en mi casa ya están dormidos porque es como media noche y mi risa sonó como trueno ( menos mal afuera está lloviendo)
    Entonces, con que guerra de pensamientos, eh?
    Suspiré tranquila cuando me enteré de la existencia de Caleb en la escuela... Huy aleluya!! Hombres!!! Jajaja
    Muy divertido, quiero la vida de April, la mía es aburridicima en comparación, me tatuaré una estrella y haber qué pasa ;D

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  2. Jajajaja xD! La marca... cuando lo escribi paso un toyota por la calle y yo estaba viendo a la ventana y yo O.O!!! TOYOTA jajajaj xDDD! Que dicha que te hice reir^^! Ese es un peque;o proposito mio hacer reir!
    Jajaja EXACTO HOMBRES!(aunque luego te vas a enterar de que hay mas que hombres xD)
    jajaja :P Si yo tmbn quiero la vida de April -.-! QUIERO SER ALQUIMISTA jajajaja :P
    Que dicha que te haya gustado^^! espero te siga gustando! Besotees!

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  3. Jajajaajajaj hay muchas partes que me dieron risa, lo que te comenté el nombre de Caleb es muy fuerte me gustó ese name!!!
    Y lo del taxista al principio no me sentía muy convencido pero apenas llegó a su departamento de nuevo capturó mi atención.
    Besos enormes.
    R.

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Y recuerda sonreír siempre :3!