11/20/2014

Slam Poetry, una forma de expresión que TIENES que ver♥

¡HOOOOOOOOOOOLA HOLA MIS ALQUIMISTAS HERMOSOS! ¿Cómo se encuentran en este J-U-E-V-E-S? ¿Bien? ¿Mal? ¿Con el corazón roto? Porque déjenme decirles, puede que sea un mal día, pero no una mala vida. Si su corazón está roto, pueeden meterse en las sábanas y llorar por unos días, pero después quiero verlos SALIR y hacer ejercicio para mostrarles de lo que se pierden, ¿capiché? *usa su voz de "El Padrino"*. Además, si pasan por una mala situación o alguna cosa fea, en serio no se alteren, respiren y hagan cosas para distraerse. Si es algo que simplemente no tiene solución, acá me tienen para hablar. Será un placer(:


AHORA, pasando mi momento inspiracional lo sé, los inspiro a todos(?) PFF, necesito explicarles el por qué de mi ausencia. Por favor, no crean que es porque quise, porque no lo fue, sino porque mi computadora se dañó maaaaaal. No reaccionaba, se pega horrible y ni me deja entrar al internet. He pasado como un mes sin usarla y es por eso que me he ausentado. Ni un aviso pude colocar por lo mismo, sin embargo hace unos días un señor vino a verla y me dijo que se puede arreglar, así que CRUCEMOS LOS DEDOS. Por ahora uso otra compu que parece estar bien, así que espero que tampoco me traicione jajaja. 

Aprovechaaaaaaando que estoy volviendo al blog de nuevo y como no quiero aburrirlos con algún texto que siempre publico, deseaba hablarles sobre una cosita que descubrí hace más de un año y de la cual estoy totalmente enamorada. No hay manera de describir lo mucho que esto me inspira a la hora de escribir y lo que me llena escucharlo, así que es por eso y más que se los traigo, para ver si les gusta y hasta se identifican con lo que siento.

Hoy, hablaremos de...

Slam Poetry


Slam Poetry es descrito como un torneo, donde poetas se enfrentan a través de recitales dramatizados. Los jurados los califican, pero, ¿a que no adivinan? EL JURADO SON PERSONAS SELECCIONADAS DEL PÚBLICO. Está originalmente inspirado en el boxeo, pues se hace por rondas de 3 minutos cada uno. No es que los poetas se enfrentan unos a otros, ni nada por el estilo, simplemente recitan su poesía y el de mejor puntuación, pasa a la siguiente ronda. 

Algo que me encanta del Slam Poetry es que, aunque haya gente compitiendo, también tienen micrófono abierto, donde cualquier persona del público puede ir y participar. El público, de hecho, está conformado por los que van a escuchar, los que quieren hablar en micrófono abierto y el jurado. No importa si eres novato, si NUNCA lo has intentado; ¿si posees un poema y ganas de participar? Puedes hacerlo. Nadie se burlará de ti, porque han pasado por eso y SABEN lo que es estar arriba.

Ahora, una cosa muy común que las personas piensan es que los poetry slam son poesía tipo Shakespeare, ya saben "Oh, Julieta, asoma tus cabellos de oro y muéstrame tus labios de rosas y rubíes"(?) NO. Es totaaaaaalmente diferente. Es poesía hablada. Es como... ir y expresar tus sentimientos con todas las ganas del mundo. Decir lo que piensas en forma de un escrito. Es precioso. Y para que vean de lo que les hablo, quiero dejarles un vídeo como ejemplo (en lo personal, es de mis poemas favoritos. Los poetas, a la vez, son de mis favoritos en los Poetry slam)

When love arrives

de Sarah Kay y Phil Kaye


Para ver la letra en español, ir: AQUÍ.

¿ACASO NO QUEDARON EMBOBADOS Y CON UNA SENSACIÓN DE "OHPORDIOS, ACABO DE DESCUBRIR PETRÓLEO EN UN PISO TOTALMENTE INHABITABLE"? Okay, no, tal vez no, lo siento, pero yo me emociono jajaja. Como escritora NOVATA este tipo de cosas hacen que mi corazón se expanda y mis manos piquen por escribir. Uno de mis más grandes sueños es ir y poder ver y ser parte un poetry slam completo La forma en que hablan, se expresan y se emocionan es simplemente hermoso. No hay palabras para describirlo. A ellos no les importa tener fama o ser grabados para ir a youtube, ¿lo que realmente les interesa? Es hacerle ver a la gente presente lo que desean hacer entender. Son simplemente geniales.

Si ese vídeo les gustó, quiero pasarles otro que tal vez les interese a la vez, que se llama What guys look for in girls. De ese no pude hallar la traducción, pero a lo mejor si la buscan bien ustedes la encuentren. Ese poema fue el que me inspiró para escribir "El grito" (entrada anterior), y muchísimos otros textos. La verdad, hay infinidad de poemas que podría enseñarles, pero creo que ya es cuestión de gustos y lo que ustedes pueden investigar si les gustase^^

Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen fin. ¡Espero esta entrada les haya resultado, al menos, interesante! Y les deseo desde el fondo de mi corazón un hermoso fin de semana y muchos días alegres, porque se los merecen

LEEEEEEEES MANDO BESOS Y APAPACHOS GIGANTES
Mel(:

9/09/2014

Me estoy perdiendo


Me estoy perdiendo
Caigo
Tropiezo

Me estoy perdiendo
Alzo el vuelo
Pero sigo cayendo

Me estoy perdiendo
en palabras clavadas en mi cabeza
pero nunca dichas

Me estoy perdiendo
porque cada vez que las lágrimas quieren salir
se quedan estancadas, bajando a mi garganta como prisioneros ansiosos por libertad

Me estoy perdiendo
y mi cara se contorsiona ante el pensamiento

Me estoy perdiendo
pues mis manos han comenzado a temblar

Me estoy perdiendo
mi mirada se aleja, asemejando a mis pensamientos

Me estoy perdiendo,
ya no sonrío más

Me estoy perdiendo
pues no hay mapa que me guíe ni luz que ilumine el camino ahora oscuro.

Me estoy perdiendo
y ya no sé dónde fue que, en un principio, me encontré.

8/31/2014

Porque somos mujeres.



Tú me tratas como si fuese una página en blanco en la que quieres forzar tu tinta para escribir. Me observas al igual que un dueño analiza a su esclavo. El malabarista que a sus bolas lanza por el cielo sin importarle si caen en el proceso. Un motociclista, que corre a toda velocidad, sin pensar qué pasaría si se estrellara y su moto fuese arrollada. Te ríes de mí al igual que un niño se burla de un chiste malo y me deseas, como si quisieses morir y yo fuese el veneno que te ayudaría a escaparte de aquí. Eres raro. Extraño. Malvado…

Das asco.

Y aceptémoslo, tú no me quieres. Me odias por ser aquella que no quiso ser tu hoja en blanco. Detestas que una “esclava” alce desafiante la mirada hacia su amo y no puedes soportar que esas bolas que lanzas caigan de nuevo a tus manos. La motocicleta en la que corrías se escapó porque no le lograste colocar el freno y ese chiste malo del que te reíste terminó convirtiéndose en uno bueno. El veneno que deseabas resultó ser pura agua y finalmente, tu escape se transformó en una cárcel extraña. Me trataste de agarrar como un cazador anhelaría alcanzar un pájaro, pero éste voló muy alto y finalmente te sientes frustrado, porque no cabe en tu mente cómo una mujer puede decirle no al que es su “amo”.

Sin embargo yo estoy cansada.

Harta de ti y tu machismo. De tu denigración hacia mi género. De tus desesperados “sí” cuando digo “no” y las excusas que tiras a los otros cuando me quejo de lo único a lo que se le puede llamar intento de violación. Me miras como si fuese menos aún cuando trabajo en lo mismo que tú y te repulsa saber que podría ser más inteligente de lo que crees. Me llamas “puta” cuando hablo con un amigo y “estúpida” por defenderme ante tus delirios. Gruñes porque no quiero estar contigo y me golpeas pensando que así reaccionaré, pero hoy te tengo una noticia —y es una buena—, y es que estamos en el siglo 21, donde las mujeres se defienden sin necesidad de un héroe que las proteja. Yo puedo liberarme de tu agarre en el callejón y me permito tomar clases para golpearte como un matón. Me niego a dejar que me insultes como si fuese nada. Hablaré con quien me dé la gana. Vestiré como me sienta mejor y haré lo que mi corazón me pida hacer, porque yo… Yo no le pertenezco a nadie.

Ella tampoco, la otra menos. Esa de allá, es libre.

Porque somos mujeres y también seres humanos y es por ello que somos iguales a lo que nos propongamos.

Hoy, vamos a defendernos y a gritarle al mundo el poder de nuestro género, porque nada ni nadie puede detenernos, porque somos fuertes e inteligentes…

Porque somos mujeres y no por eso nos hacemos llamar débiles. 

Prostituta: una mujer con los valores de un hombre

8/13/2014

¿Sabías qué?



¿Sabías qué cada mañana cuando despiertas, hay alguien que se está muriendo?

¿Sabías que en cada muerte, hay alguien naciendo?

¿Sabías que por cada nacimiento, hay un padre perdiendo a su hijo?

¿Y sabías que por cada padre perdiendo a su hijo, hay otro viendo sus primeros pasos, mirándolo crecer, apreciándolo a la hora de desarrollarse como adulto?

Lo sabías, ¿no es así? Pero creo que arrugaste un poco la nariz cuando leíste mis preguntas porque aún si eras consciente de ello, hay algo en tu interior que te retiene a analizar ese tipo de cosas día a día.  Asusta, sí. Mi corazón se estremece un poco de solo pensarlo, pero es la realidad, un ciclo de vida que debemos afrontar.

¿Ustedes sabían que por cada suicidio, hay una madre añorando a su hijo?

¿Sabían que por cada madre añorando a su hijo, existe un chico despreciando su padre?

¿Sabías que por cada padre despreciado, está una joven sollozando en la tumba de su pariente?
 
Y por cada tumba, hay flores floreciendo por el comienzo primaveral.

Creo que somos malagradecidos. Que miles de nosotros no nos damos cuenta de lo afortunados que somos al poseer una madre y un padre o un abuelo y abuela. ¿Por qué no tenemos la capacidad de detenernos un día y mirar a nuestro alrededor, para observar la dicha que debería proporcionarnos vivir? ¿De dónde viene esta maldita ansiedad de tener que remarcar cada punto negro en nuestras hojas blancas?  Estoy harta. Harta de ser malagradecida. Harta de flaquear algunas veces y ser pesimista.

¿Sabían que por cada “eres fea”, existe una chica a la que se le dice que es hermosa?

¿Sabías que por cada chica hermosa, hay otra cortándose al creer que es gorda?

¿Sabías que por cada “vamos a fumar”, está una persona muriendo de cáncer relacionado con problemas respiratorios?

¿Y sabías que por cada aceptación a la sociedad, hay más adolescentes deprimidos?

Tengo la sensación de estar cansada. Agotada de observar cómo los jóvenes que formamos esta generación somos desbaratados con críticas y palabras venenosas. ¿A qué punto llegó la humanidad en donde ayer escuché cómo un hombre le decía “estúpida gorda” a una mujer? ¿Cómo es que llegamos a tal límite de ignorancia que este muchacho no pudo fijarse un segundo antes en las cortadas que la joven llevaba en sus muñecas? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Será que nos cegamos solos? ¿Preferimos vivir vendados, que con los ojos abiertos? Porque lo hacemos, es así. Es mucho más fácil decir “no lo sabía” a un “lo siento, es mi responsabilidad”. Es mucho más sencillo pedir perdón a pedir permiso…

Es mucho más ligero arrepentirnos, que pensar antes de realizar la acción por la cual nos arrepentimos.

Hoy, quiero que todos ustedes se hagan preguntas sobre ustedes mismos. Sobre el mundo. Sobre la cruda verdad. Deseo que se respondan, sin importar el dolor y que arranquen esa venda que llevamos puesta hace tanto. Hoy, dejemos de ser víctimas de la ignorancia. Pongámonos los anteojos que no quisimos aceptar. Por favor, hoy, comencemos el cambio que cuesta tanto realizar.

¿Sabías que por cada nieto visitando a su abuela, existe un padre recibiendo amor?

¿Y que por cada padre recibiendo amor, hay un hijo sonriéndole a la adversidad?

¿Sabías que por cada hijo sonriendo, nos encontramos con una persona creando un cambio en el mundo?

¿Sabías que esa persona puedes ser ?

Yo sí. Yo lo sabía… 

Siempre lo supe. 



8/06/2014

Quiero llorar


No sé por qué lo hago, pero quiero llorar. Mi pecho hoy está apretado, como si hubiese pasado algo malo y un nudo insistente se ha mudado a mi garganta.

Mamá, déjame llorar.

No puedo respirar. Es como si alguien estuviese detrás de mí, sofocándome, susurrándome al oído cosas que no debería escuchar. Aprieta suavemente en mi garganta, como una caricia, para luego convertirse en una fuerza sobrehumana. “Ríndete”, parece decir, pero… Yo no quiero rendirme.

Y aún así, deseo llorar.

Mis ojos están vidriosos, padre. Las lágrimas luchan por salir de su cautiverio a raudales, como si no aguantasen vivir en mis párpados más y, sin embargo, las detengo, porque se me ha enseñado que no debo llorar. No expresaré mis sentimientos a través de simples expresiones de mi cuerpo. No lo haré…

Aunque, necesito llorar. 

Hoy las manos me tiemblan. No creo que pueda controlar mis impulsos como lo hacía antes. Es como si el cuerpo estuviese agotado de contenerse, exhausto de mis caprichos al no mostrarle a otros lo que llevo dentro. Está harto de la máscara que he colocado en mi cara. Llegó al punto de quiebre al que tanto temí.

Y por eso, voy a llorar.

Mi boca ya no responde a lo que mando. Se abre en un susurro que se convierte en el grito desgarrador que tanto esperé. Sollozos caminan a pasos detallados por mi lengua y finalmente, me desgarro. Estoy sola, al menos. No hay nadie quién me observe humillarme y, sin embargo, me detesto por ceder. Desearía detenerme, tranquilizarme y seguir como siempre fui, pero no hay más vueltas a retroceder. No quiero llorar…
 
Pero ya estoy llorando.

Las personas lloran. No porque son débiles, sino porque se han mantenido fuertes durante demasiado tiempo...

7/26/2014

Déjame ir.

Deberías dejarme ir.

No lo digo por ser egoísta, tampoco estúpida, simplemente te informo que lo más sensato, sería dejarme ir.

Lo sé, estás riendo, ¿no es así? No puedes creer lo que lees en esta hoja. Piensas, tal vez, que he llegado al punto donde mis tornillos —que son pocos—, se han zafado del todo, porque no hay forma en el planeta Tierra que yo desee esto.

Pero lo hago.

No me ves de la misma manera que antes, ¿lo has notado? Cuando me observas durante segundos, tu mirada se transforma en algo pasajero, como un amor que, lentamente, se va convirtiendo en lo que comenzó siendo: una amistad. Ya tu sonrisa no se muestra encantada con mis chistes o mi forma de enojar. Has dejado de reírte cuando arrugo mi nariz y creo que, aunque no lo digas, odias que hable tanto de temas que no te interesan más. Es divertido lo que hace el tiempo, ¿no crees? Cómo te hace aferrarte al recuerdo de una hermosa relación, que ha dejado de dar sus frutos sin advertencia o una llama para reavivar.

Me destroza el corazón escribirte esta carta, amado mío, pues lágrimas mojan el papel en el que dejo mi tinta correr. Sé que cuando la recibas, verás manchas transparentar lo que se planteaba ser una pulcra hoja con mi despedida escrita. A lo mejor te sientas triste en el momento, puede que me ruegues por una segunda oportunidad, sin embargo, no me mientas. Sé que en el fondo, el alivio se ha desatado en tu alma. Estoy convencida de que, en lo recóndito, suspiraste con felicidad. 

No sufrirás mi dolor, querido. No sentirás la estrechez que hay en mi pecho al saber que todo termina, ya que mientras tú te perdías en lagunas interminables a las que no pertenecía cuando estábamos juntos, yo me encontraba buscándote en la profundidad de esos ojos que tanto me hicieron delirar. Sigo riéndome de tus malos chistes, aún sonrío cuando te veo enojar, tus habladurías me llenan de interés el alma y tus besos continúan derritiéndome como chocolate al cocinar…

Pero tú, tú ya no sientes lo mismo, pues acá la que ama es una nada más. Bien se dice que las relaciones son de dos, solo que no especifican que cuando uno de ellos deja de amar, es el otro quien tiene más para dejar perder o pasar. Por eso, querido mío, quiero que me dejes ir. Te pido —casi ruego­­—, que te olvides de mi imagen, que si bien te trae hermosos recuerdos, no logra hacerte vibrar. Hoy, declaro que te dejo libre…

Y sin embargo, antes te pido mi libertad.

Déjame ir. 

Voy a superarlo. No sé cómo, ni cuando, pero lo haré. Y él estará arrepentido por haberme dejado ir