Era una tarde lluviosa
el día en que conocí al Dolor. Se presentó ante mí con un traje negro,
pulcramente plisado. Sus manos eran largas y bellas, pero tenían cicatrices que
me recordaban al sufrimiento, a la agonía, a él.
Era alto, debo confesar.
Su cabello negro resaltaba en la oscuridad de mi habitación —si es que eso es
posible—, y sus ojos azules me atraparon al instante, no por su color, sino por
la profundidad y tristeza que había detrás de ellos. ¿Qué logró dejar un alma
tan melancólica? ¿Cuál era la razón para tener tanta desesperación en su forma
de observar? Intrigada, me acerqué hacia su persona, sin saber —sin imaginar—,
que a lo único a lo que me dirigía era al temor, a la distancia, a lo inevitable.
Sobra decir que me
enamoré de él, de su voz y sus escasas risas. De las historias que me contaba
día a día. Susurraba a mi oído que me amaba y que era mi escape. Me enredaba en
redes que no sabía que existían. Observé lentamente cómo su mirar se transformó
en amor y cómo el mío propio, estuvo rayando la obsesión. Dolor, ah, cómo te
amé y confieso que aún trato de olvidarte, como te prometí que lo haría. Sigo
anhelando nuestras tardes de lluvia, en la que nos encontrábamos
clandestinamente. Mi corazón arde al memorizar tu suave toque sobre mi áspera
piel. Lloro cómo las nubes lloraban el día en que nos conocimos, sollozo en
aguas que no parecemos conocer. Pero todo está bien, mi querido Dolor, porque
como te dije aquel día, ni tú ni yo nos hacemos el bien y por más que nos
duela, debemos dejarnos ir, aún si nos ahogamos en sufrimiento.
¿Cómo estás, Dolor? Me preocupo por ti. Esta retorcida relación no funciona ni para ti
ni para mí. Escríbeme, háblame, muéstrame que estás cuerdo, pero recuerda no
tocarme nunca jamás, porque ambos sabemos a dónde conllevara.
Anhelo el frío que me
traías, esa fina cuchilla que me consoló durante noches. Sabes lo mucho que
significaste, pero el daño que causaste: eras la mancha que tapaba mi luz, esa
sombra que me cegó y, sin embargo, eras mi vicio, mi obsesión. Nos amamos de
una manera no convencional, pero te juro que fue tan sincero que me llegó a
asustar.
Supongo que debí haber
adivinado lo que causarías en mí desde que me dijiste tu nombre. “Dolor me
llamo, a tus servicios estoy”, sin embargo, ¿cómo concentrarme en eso, si
fue tu voz la que me cautivó y tus cantos, aquellos que me llevaron a la
perdición? Sí, Dolor, esto es tu culpa, el sufrimiento que ambos pasamos, fue
gracias a ti, pues bien sabes que yo no te busqué, sino que me encontraste
solo, acechando.
Dolor, te extraño, te deseo,
pero me siento olvidarte. Aún tengo tus cicatrices: esas que me hiciste para
que fuera bella como tú. Dolor, lo siento, pero debo dejarte. Ya no escribiré cartas a tu nombre, no me comunicaré más, sin embargo quiero que guardes en
tu corazón la curita que me encargué de colocar. No cubro mis marcas, son lo
que me recuerda a mi superación por ti, pero por ello espero que tú no
arranques la bandita que puse con tanto amor sobre tu pecho aquel día. Te amo,
Dolor, aunque dejaré que te lleve el viento a otra casa cercana, que te
recibirá con los brazos abiertos. Solo te pido un favor: no la ames tanto y
tampoco te obsesiones con su suave piel. Déjala pulcra, pues tal vez no se
merece tu cariño y recuerda que solo a mí me debes memorizar.
Hasta luego, Dolor, te
veré más tarde, cuando la lluvia vuelva a caer y la oscuridad me encuentre.
Esperemos no sea pronto, pidamos porque sigas tu camino y yo el mío, pero
gracias por haber sido mi compañero durante tantos años, porque me enseñaste
las lecciones que jamás pensé aprendería contigo.
*Relato no basado en experiencias personales.
*Disculpen que no me haya pasado a blogs, pero pronto lo haré D: ¡Siempre los tengo presentes!
*Disculpen que no me haya pasado a blogs, pero pronto lo haré D: ¡Siempre los tengo presentes!
o.O el texto es precioso y osea raro muy raro, pero me gustó
ResponderEliminarmira que cuando veo que un texto de de amor paso de leerlo ¡Estoy harta del te amo, me amas, te amo y te perdí bla bla bla!
Pero es que esto es muy diferentes porque es no se, de desamor, de dolor, pero al mismo tiempo dan ganas de leer más
Y si en parte se lo que se siente estar enamorada del dolor (hasta que es demasiado tarde)
un beso
Waw
ResponderEliminarAlucinante Mel, realmente alucinante.
Ya tenia ganas de leerte. Por relatos como este quería pedirte que participaras en el concurso de relatos que he organizado en mi blog, Pásate cuando puedas y participa PORFA
Un beso ENORME!
somosabracadabrantes.blogspot.com.es/
Madre mía Mel, me dejaste sin palabras... ¿Puedo repetirte que tienes un talento impresionante y que soy tu fan número uno? ¡Pero qué orgullosa se siente Kat de su nena pequeña!♥ :') Además, adoro encontrarme con relatos tan variados en tu blog, y lo relatas todo tan bien que es como si imaginara todas esas escenas, como si lo viera.
ResponderEliminarAcerca del significado de este texto, de esa perfecta y peculiar descripción de lo que produce y lo que nos hace sentir el dolor, es verdaderamente genial :)
Espero que estés genial, linda.
Un besote enoooorme my love ♥♥♥
Maravilloso. Me sentí identificada, la verdad, y escribes muy muy bien. Y encontré un solo error: conllevará. :3. (Sí, lo sé, sirvo más para lo técnico :v. )
ResponderEliminarEl vocabulario que tienes ha mejorado, a mi parecer (con respecto al libro Interlooking Stars), y me alegro de ello. :) Tienes una facilidad para expresar lo que quieres y lo haces de una manera tan bella, que me enamoro.
Saludos. C: