Ayúdame a olvidar, alcohol. Llévame a paraísos donde mi
mente ya no posee el control sobre mi cuerpo. ¿Hacemos un trato? ¿Nos unimos en
una danza donde tú das un paso adelante, mientras yo tropiezo hacia atrás?
Suena tentador, casi… delicioso. Es como si te deseara en la manera en que no
debería, pero eso solo lo hace mejor. Vamos, bebida, ven aquí, a mis labios y
déjate besar. Un trago: solo eso. Un sorbo del elixir del olvido. Consigamos
amarnos como no logro hacerlo conmigo misma. Eres mi amigo ahora, tráeme de
vuelta a momentos donde era feliz. Donde tú no pasabas ni por mis pensamientos
y mi cabeza era tan clara que hasta las nubes se asomaban una vez perdida. ¿Me
llevas? ¿Me devuelves en el tiempo? ¿O eres tan egoísta que no harás ni un poco
de efecto en mi sistema, porque hemos llegado a un límite donde ni siquiera tú
funcionas? Anhelo el dolor de cabeza de la mañana siguiente para no tener que
rememorar lo que es mi vida. Para concentrarme en sanarlo. Lo deseo, lo quiero
ya y sin embargo, algo está cambiando.
Alcohol, ¿qué estás haciéndome? Una adicta acabarás
creando. Eres tan bello con tus curvas llenas de entumecimiento que me atraes,
tal cual flor llama a su abeja. Me prometiste ser feliz, susurrándome en las
noches las maneras en que podrías llevarme al paraíso, pero tienes una trampa,
ah, una muy maldita: solo lo cumples durante horas, para luego golpearme contra
una pared y mandarme en seco contra la realidad.
¿Tienes sentido, tequila? ¿Cuándo te conocí, margarita?
Ya olvidé tu nombre, whisky. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo por separarme de
ustedes, aún cuando me agarren del brazo con amor, gritándome porque no desean
que los deje ir. Ojalá no tuviese que separarme, pero… ¿Dónde caeré si no lo
hago?
Somos un amor extraño, bebidas. Nos queremos de formas
que no son sanas. Me destruyes, pero yo te anhelo. Bromeas, cuando soy serio.
Lloras si deseo sonreír. Somos tan contradictorios que terminamos
convirtiéndonos en drogas: mundos que jamás pensamos ver y sin embargo, ahora
conocemos bien. Alejémonos, porque otros te tomaran a cómo yo no pude
controlarme desde aquella noche en el bar.
Adiós, alcohol. Hoy te estoy dejando. Extráñame, así como
yo te extraño y no ataques tantas víctimas con tu excusa del olvido, porque he
aprendido que las distracciones no hicieron nada por mis sentidos. Mejoraré con
ganas y cuando vuelvas sabrás que mi futuro ya no está en llamas. Hasta nunca,
querido amigo y espero que cuando nos volvamos a encontrar…
Tú no estés en la mano de otro
jovencito.
No basado en experiencias personales |
¿Te he dicho ya que amo tu blog y cada una de las entradas que publicas? Si no es así, te lo repito de nuevo: amo tu blog y cada una de las entradas que publicas.
ResponderEliminarEsta me ha parecido preciosa. Logras meterte en la piel de gente con mucha facilidad y salir con palabras preciosas (porque yo se que no has pasado por lo que cuentas).
Ammss y ahora acabo de leer lo de no basado en experiencias reales.
¡Yo ya lo sabía de antes!
Bueno, que adoro tu forma de escribir, nena.
De verdad.
Un beso ENORME!!!
Te he nominado a dos premios en mi blog. Te los mereces, de verdad.
ResponderEliminarPásate: http://cristinargou.blogspot.com/2014/05/nominaciones-liebster-award-3-premios.html
Cristina