1/03/2012

Capítulo 7! ^^

Hola mis alquimistas!! Bueno aca les traigo el capitulo 7 de Interlocking Stars!
Espero les guste! Espero sus opiniones!

Capítulo 7

Caleb aceleró a más no poder hasta la intersección para conectar con la calle de la Academia, tenía que despistar a sus seguidores, no podía dejar que vieran hacia donde se dirigían. Ese era su propósito, averiguar la localización de la Academia, no se lo permitiría, jamás.  Dobló hacia la derecha, siguió recto, hizo chirriar las llantas de su carro, el Celica iba a terminar destrozado para cuando lograran llegar a la Academia.

April, por su parte iba aterrorizada, Caleb estaba conduciendo como un caballo al volante. Iba como a 120 km/h, daba vueltas en todo lado, y el carro negro de atrás aceleraba cada vez más. Para su desgracia, ella podía oír los pensamientos de los conductores. No sabía por qué, nunca había podido escuchar pensamientos desde tan lejos, pero esté día era diferente, escuchaba todo de sus enemigos. Según lo que ella había podido oír, los 3 hombres, traían metralletas, los iban a seguir hasta el lugar donde se dirigían y al llegar los matarían. Ella estaba pálida de tan solo pensar que una bala alcancé su corazón, o lo que es peor, el de Caleb.

De un pronto a otro, empezó a llover a cántaros, las gotas caían salvajemente en el parabrisas, y esto causaba que Caleb no lograra ver bien en su camino, tenía que meterse en algún lugar donde pudieran despistar a esos matones.

—Caleb, por favor, desacelera un poco, nos vas a matar a los tres— dijo April, temblando por el miedo.

—¿Qué quieres que haga? ¿Prefieres morir en un accidente de carro, o a manos de esos idiotas con metralleta? Cálmate y cállate, pronto llegaremos. Sólo déjamelo a mí ¿está bien?— Respondió él enojado. Ella se sentía molesta y dolida por cómo le acababa de hablar Caleb.

—Perdón…— dijo April rodando los ojos. Él la vio de reojo y suspiró. Perfecto, ya la cague…

Ella se volvió en dirección a Gabe para ver como se encontraba. Estaba recostado en el asiento, en posición fetal, haciendo muecas de dolor por su sangriento brazo.

—Gabe, cariño ¿estás bien?

— ¿Qué si estoy bien? ¿Cómo putas crees que estoy? Me acaban volar un balazo en el brazo, la bala está dentro de mí, y ¡ah! Seguro que pronto muero…— gritó Gabe, mientras se encorvaba por el dolor.

—Perdona, solo me preocupo, estarás bien pronto, lo prometo.

April se volteó en su asiento, tuvo que parpadear varias veces para retener las lágrimas que desafiaban aparecer en sus ojos. Una lágrima solitaria, logró salir de su cautiverio, haciendo que ella rezara para que no se dieran cuenta de que lloraba. Sin embargo sus rezos, no funcionaron. Caleb siempre atento, miro la gran lágrima que cayó por su bello rostro, enterneciéndolo y haciendo que deseara quitársela de encima.
Caleb dobló en una esquina, dos cuadras más y podría perder de vista a sus seguidores.
Pasaron unos minutos en silencio, donde tan solo se lograba escuchar el sonido de las llantas de los autos al acelerar. Cuando estaban a una cuadra de poder entrar al escondite, las personas del coche empezaron a tirar balazos en dirección al carro. April se agachó, y se abrazó a sí misma con el suéter de Caleb, mientras que él, seguía conduciendo lo más rápido posible para lograr llegar a salvo.

Una bala rozó la mejilla de él, pero no logró golpearle.

—Maldita sea— Caleb murmuró.

Las balas estaban quebrando vidrios, machacando el carro, y asustándolos cada vez más. De repente, Caleb freno, y se quedo parqueado en la cera. El coche de sus enemigos aparcó, y se bajaron los matones hacia su dirección.

—Caleb, ¿Qué haces?—preguntó April aterrorizada.

—Esto…

Él volvió a pulsar las marchas, y arrancó. Los hombres se quedaron atrás, montándose en el carro para seguirlos de nuevo. Ahora por lo menos tenían ventaja. Caleb dio una vuelta en una calle, y aparcó en una pequeña cueva, perfecta para el carro, oscura, donde no se veía ni un alma. April se volteó y no localizo el coche, los habían perdido.

Cuando se acomodó en su asiento se dio cuenta de que, estaba llorando, las lágrimas que había estado conteniendo, habían salido libres de ese horrible lugar donde se encontraban. Sintió una cálida mano en su mejilla, y el pulgar de esta, quitándole las lágrimas. Caleb se había puesto de medio lado, y ahora contemplaba a una April triste, con lágrimas que brotaban de sus ojos sin cesar.

—Linda, todo va a estar bien, lo prometo. Sé que esto te ha aterrorizado, pero tenemos que salir del carro y llevar a Gabe a la Academia, cada vez se está desangrando más, y si sigue así, no tendrá suficiente sangre en su cuerpo…

—S-sí, pero ¿Co-cómo vamos a llevarlo hasta la Academia? Y ¿si nos ven? Nos matan— sollozó April.

—April, estamos en la Academia. Esté escondite es para emergencias; en la esquina hay una puerta que nos dirige a la recepción, no corremos riesgo aquí, todo va a estar bien— Caleb quitó la mano de la mejilla de April y la llevo hasta su antebrazo, lo apretó y ella reacciono.

—Pero, Caleb ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Por qué nos perseguían? ¿Robert los mandó?

—Esos hombres son los Renewed. Son personas que como nosotros, buscan la piedra, pero no tienen ningún indicio de donde está, además de que no son alquimistas. No tienen poderes, y no son elegidos, pero están obsesionados por el oro y la vida eterna. Por lo que nos siguen a donde quiera que vayamos. Cada vez que perciben que andamos tras de algo nos persiguen. Robert es uno de ellos. Pero hace años que no nos seguían, y ahora que la señora Rosa dijo que su esposo tenía la piedra, pensamos que tal vez esa era la razón por la cual no nos seguían ahora. Que la habían encontrado, pero no, al parecer todo lo teníamos mal.

—Entonces, ¿Esos hombres trataron de matarnos solo porque pensaron que teníamos la maldita piedra?

—Sí, exacto.

—Pero que hijos de…—Se oyó un gemido en la parte de atrás. Era de Gabe.

—Tenemos que llevarlo, vamos— dijo Caleb apeándose del carro, y corriendo para abrirle la puerta a April. Hasta en una situación terrorista es caballeroso. Abrieron la puerta trasera del coche, y con sumo cuidado sacaron a Gabe, llevándolo en brazos como a un niño pequeño con su madre.

Caleb los dirigió a una gran puerta escondida en la oscuridad, giró el picaporte y entraron a la ya familiar recepción.

—Ven, es por aquí. — Él los dirigió a la otra puerta que había visto April el primer día que entró a la Academia. La misma que decía SOLO PERSONAL AUTORIZADO, pero esa estaba localizada hacia la izquierda. Al entrar, a sus ojos pudo ver, un pasillo más grande y ancho que el de las aulas. Además de que en este, se encontraban grandes sillones de cuero para dos personas, en la esquina, se lograba ver una máquina de café con unas pequeñas tacitas, además de otra máquina, pero esta con galletas y golosinas, como una pequeña sala de espera, solo que VIP. Y al otro lado del pasillo, había 5 grandes puertas, solo que, a diferencia de las otras, tenían unos grandes rótulos. La primera puerta decía LABORATORIO, la segunda y la tercera tenían por nombre EMERGENCIAS, la cuarta INYECCIONES Y SUPLEMENTOS y la última FORENSE. April tragó hondo al ver el nombre de la última puerta.  

¿Los alquimistas mueren en las misiones? Bueno, con lo que acaba de pasar… no me extraña

—Quédate aquí, tengo que llevar a Gabe a emergencias. Siéntate en un sillón. No tardo— y sin decir más, él le arrebato de las manos a Gabe, para llevarlo a la sala que le esperaba.
April vio como Caleb abría la puerta que decía EMERGENCIAS, entrando en ella, para luego cerrarla detrás de él, dejándola sin permiso de poder ver lo que sucedía. Cansada de los acontecimientos, se fue a sentar en el gran sillón de cuero, que se veía tan cómodo como una cama.

Ya sentada en él, empezó a golpear el sillón con la mano, estaba desesperada por saber que le pasaría a Gabe ¿Habrá sido grave? April le echo una ojeada a su reloj para saber que apenas eran las 5:00 de la tarde…

Estaba inquieta, temerosa, traumada y ansiosa… ¿Qué iba a hacer mientras esperaba? Y en eso… Se acordó. Traía el libro de “Mujercitas” en su bolso. Con absoluta felicidad ella abrió su bolso, para encontrar el pequeño libro a la mitad de su querida autora.
April se acurrucó en el gran sillón y enzarzó su pequeña aventura hacia la tierra de los libros… Esperando, que todo estuviera bien.

Al otro lado del pasillo…

Caleb estaba ubicado al lado de la cama en donde tenían a Gabe acostado, la sala de emergencias lo deprimía, era azul pálido, con 8 camillas y cortinas que las dividían para tener “más privacidad”, tenía pocas ventanas y solo dos puertas, la puerta para entrar y salir y otra gran puerta doble que Caleb suponía que era de operaciones. La doctora del lugar estaba revisando el brazo de Gabe, observando que tan grave era la herida. La bala parecía estar en lo más profundo del brazo de Gabe, sin duda habría que operar.

De pronto la puerta se abrió y Caleb alzó la mirada pensando que era April, pero no, era la directora, con una falda ceñida que le llegaba hasta las rodillas, y una blusa blanca de botones, su cabello recogido en un recatado moño y sus cejas fruncidas en preocupación. 

Se acercó a Caleb y lo hizo apartarse de la camilla.

—¿Qué rayos paso? La misión se fue a la basura, todo salió mal. ¿Cómo es posible? Me aclaras todo esto ya, Caleb —dijo la directora enojada. En lugar de su trato dulce y amable, estaba una directora, enojada y brusca, firme en todo lo que decía.

—Todo fue bien en el centro, no nos seguían y estábamos seguros, pero al perseguir a Robert en el carro nos tenía una emboscada, lastimaron a Gabe y empezaron a seguirnos, trataron de matarnos pero no tuvieron la oportunidad. Disculpe por el desliz, pero no es nuestra culpa lo que ha pasado.

—Fue su culpa, tuvieron que ser más cuidadosos. Gabe puede morir por esa herida, si la operación no sale bien…Ni siquiera puedo pensar en ello. Está bien que la nueva alumna Aprilynne no haya sabido muy bien las cosas, pero tú Caleb, tú más que nadie tenías que saber, llevas muchos años en la Academia para no tener claras las reglas sobre una persecución. —La directora podría echar humo por los oídos de la furia que le corroía, se 
sentía frustrada y preocupada.

—Disculpe, no seguí las reglas, estaba muy nervioso y yo… lo siento, no volverá a pasar nunca, se lo prometo—Caleb bajó la mirada avergonzado y al hacer esto fijó sus ojos en el brazo de la directora. Tenía unas manchas amarillas en él, ¿Manchas amarillas? ¿Estaría enferma? La directora se percató de lo que observaba Caleb y quitó el brazo.

—Está bien, así lo espero, ahora, si me disculpas me tengo que ir. Espero que todo salga bien. Hasta luego—La directora dio una vuelta para salir por la puerta pero antes se volteó y dijo: Ah, por cierto. Aprilynne está en el sillón de espera, leyendo, no la dejes mucho tiempo sola, parece asustada.

—Gracias así lo hare— Aunque Caleb no sabía cuánto tiempo iba a estar en ese lugar. Se fue a sentar en la silla donde había estado antes y espero por lo que la doctora dijera. Cuando Gabe sintió que Caleb se sentaba le agarro la mano lo más fuerte posible, él hizo ademán de quitarla, pero no pudo. El estado en el que se encontraba su amigo, era, en cierta parte su culpa.

—Bueno…—empezó la doctora—La bala penetró muy profundo, está entre un músculo y un tendón, y ese músculo se lastimo, tendremos que operar y sacarle la bala. Se supone que la operación no será de muy larga duración, pero no lo sabemos aún. Si la cosa se complica…

—No se complicará ¿verdad?—preguntó Gabe asustado, en su vida lo habían operado.

—Esperamos que no, sabes que tenemos los mejores doctores del pueblo—dijo la doctora colocando una sonrisa tierna en su rostro.

—Sí, pero ese es el problema. Del pueblo. De este pueblucho de mala muerte—Gabe estaba que se orinaba del susto, tan solo la idea de que podría morir lo aterrorizaba.

—Sí Gabe, pero van a hacer todo lo posible, así que cállate o escucha, además—Caleb vio su reloj, eran las 5:15, había dejado a April 15 minutos sola, tenía que ir—me tengo que ir Gabe.

—¡NO! Por favor no te vayas, me estoy cagando del susto, no te vayas cariñito  por favooooooooor—Gabe revoloteó sus pestañas, y abrió los ojos como platos—¿Sí?

—Es que me…—Caleb observo su cara—Ugh está bien, pero por poco tiempo, que enserio tengo que irme…

—Perfecto—dijo Gabe poniendo una sonrisa pícara en su rostro. Gabe 2 April 1 se dijo a si mismo. 

April seguía acurrucada en el sillón, y al darse cuenta había terminado el libro. Se fijó en su reloj, marcaba las 6:30. ¡Wow! Ya ha pasado una hora y media, ¿Estarán bien?

Ella cerró su libro y cuándo se iba a levantar, se abrió la puerta, en está apareció un pálido Caleb, cansado, con una pequeña sonrisa de tristeza. Se acercó y se sentó en el sillón de cuero junto a ella.

— ¿Cómo esta? ¿Está bien? ¿No le paso nada? ¿Qué le van a hacer?—preguntó April ansiosa.

—Él esta… mejor. Tienen que operarle el brazo, la bala llegó hasta lo más hondo de su músculo y tienen que arreglarlo. Perdona que tardará tanto es que Gabe empezó a decir que no quería que me fuese, y que me quedará con él, me sentía fatal así que me quede y…

—No pudo terminar la explicación, April se acurrucó contra él, abrazándolo por la cintura y colocando la cabeza de ella en su pecho.

—Gracias—Murmuró April

— ¿Por qué?

—Por salvarnos la vida hace rato, por ayudar a Gabe, por prestarme tu abrigo—aunque ya te lo había dicho— gracias… por todo— terminó ella dándole un beso en la mejilla. Él la acercó más hacia su pecho—si es que se podía— y le besó la sien.

—Perdona que te haya gritado…

— ¿Qué? ¿Cuándo?

—En el carro, cuando te dije que te callarás…

—Oh… eso. No es nada, venías estresado, yo lo hubiese hecho también.

—Bueno, por lo menos no me pegaste una cachetada— Se rieron los dos, ella le dio un pequeño golpe en el estómago y él se lo devolvió en la cabeza.

—Tonto

—Gracias

—Con gusto, fue un placer—April sonrió— Y ¿A qué hora es la operación?

—A las 7:00 en…—Caleb se fijó en su reloj— 23 minutos exactos.

—Pobre Gabe, debe estar aterrorizado…

—Mmm… si, más o menos, cuando me fui estaba gritando: ¡CALEB NO ME DEJES EN ESTE LUGAR DE MALA MUERTE! Así que supongo que sí, está asustado—Él sonrió tristemente

—April, debes estar cansada. Vamos, te llevo a tu apartamento.

— ¿A quién crees que llevas? A mí no.

—Pero…

—Nada, me voy a quedar aquí hasta que se termine la operación y punto.

—Pero, la operación va a terminar tarde, como hasta las 10 de la noche, mínimo.

— ¿Y?

—Que… agh. Nada, está bien, quédate.

April sonrió con suficiencia mientras que sentía la mano caliente de él, sobre su mejilla.

—Estás helada, ¿Quieres café?

—Um…—En realidad no quería separarse de su pecho—No, gracias.

—Bueno, como tú digas.

—Por cierto, vi pasar a la directora y entrar a la enfermería. ¿Qué te dijo?

—Nada, lo normal. Una reprimenda por no seguir las reglas…

—¿Te regaño? Pero, por que... Seguimos las reglas, perseguimos a Robert, hicimos todo lo que teníamos que hacer…

—Sí, pero yo me salté las otras reglas, es complicado…

—No deberías sentirte mal. Hiciste lo que pudiste y listo, no le hagas caso…

—Está bien, te haré caso…

—Lo sé—April hundió su cabeza en la ropa de él, y olió su aroma, era un olor dulce pero delicioso a la vez, era como el olor de un bosque, pero un poco más suave y rico. La reconfortaba como él con ella.

Pasaron varios minutos así, en el silencio de ese gran pasillo. Con tan solo los pequeños ruidos de las máquinas de la enfermería. La puerta principal que lleva a la recepción se abrió, dejando pasar a un muchacho alto, moreno, de cabello negro, ojos marrón chocolate y musculoso, pero no tanto como Caleb. El muchacho parecía aturdido, buscando algo con la mirada. Cuando posó sus ojos en ellos, levanto las cejas con atrevimiento y admiración.

— ¿Me voy una semana y te consigues novia?—preguntó el muchacho.

—Sip, eso te pasa por dejarme aquí solo, entre todas esas chicas novatas…— Dijo Caleb sin ni siquiera alzar la mirada. ¿Para qué? Ya sabía quien era.

—No creo que esta hermosa muchacha, sea una novata ¿O me equivoco?

—No, en nada—Caleb movió a April de su pecho y se levantó, tomando su mano, para que se parara al igual que él.

—April, él es mi mejor amigo Raúl, amigo, ella es April, mi novia—Raúl tomó la mano de April y le besó los nudillos.

—Encantado, guapa— dijo guiñando un ojo.

—Estúpido, quítale las manos de encima— dijo Caleb apartando a Raúl de su chica.

—Igualmente. Pero no soy su novia—dijo April mientras le echaba una ojeada a Caleb.

—Sí, si… detalles, pronto lo será— Mencionó Caleb con una sonrisa arrogante en su rostro.

— ¿Hace cuánto lo conoces, preciosa?

—3 días…

— ¿3 días? Eso es un récord… Todas las chicas caen en uno solo —Caleb y Raúl se rieron, dándose un amistoso abrazo.

—¿Y el par de idiotas? ¿Dónde están?— preguntó Caleb.

—No lo sé, no los he visto… Hombre, dame un respiro acabo de llegar.

—¿Crees que me importa?

—Tal vez…Y ¿Qué hacen este lugar tan deprimente? Ah, por cierto, te ves terrible.

—Gracias, ¿Será porque le dieron un balazo a Gabe?

— ¡¿Qué?! ¿A Gabe? ¿Al gaysito Gabe? ¿Acosador Gabe?— preguntó Raúl horrorizado.

—Sí, ese mismo—pero respondió April, no Caleb.

— ¡Mierda! ¿Y está bien? —Raúl tomo un profundo respiro— Perfecto, me voy una semana y pasa de todo—

—Mmm… en —Caleb se fijó en su reloj— 10 minutos lo van a operar…

—10 minutos… y ¿Se van a quedar hasta que termine la operación?— preguntó Raúl, muy pálido.

—Sí, esta muchachita que ves acá, no se quiere ir a la casa, así que no puedo hacer nada…

— ¿Con que nada? Vaya, vaya, lo tienes bien controlado, esté chico, es más terco que una mula

—Gracias, lo tengo a mis pies— dijo April guiñándole un ojo mientras que entrelazaba el brazo de Caleb con el suyo. Él por su parte sonrió y Raúl rió.

—Ya veo que sí, me agradas mucho, linda. Pero me tengo que ir, la cama de mi apartamento me está esperando con ansias. Dale mis saludos al gay—dijo Raúl dándole un afectuoso apretón de manos a Caleb y un beso en la mejilla a April— Me voy antes de que tu novio me mate, adiós. —y sin decir más, se fue corriendo hacia la recepción.

—Maldito suertudo— dijo Caleb, April rió, Raúl era muy divertido, además de atrevido, la trato como si la conociera de años… Pero, Caleb era igual así que, no era muy extraño que digamos…

—¿Quieres un café?—preguntó April con una gran sonrisa en su rostro. Era lindo verla reír después de que estuviese tan seria.

—Sí, pero yo lo traigo.


—No, yo te lo ofrecí, yo lo traigo, solo siéntate y listo— April se dirigió a la máquina de café mientras que Caleb se sentaba en el sillón y se ponía cómodo. Ella cogió una taza, y puso a funcionar la máquina de café. Le puso dos bolsitas de azúcar y una de crema. Por alguna razón estaba segura de que le gustaría.  Le dio la taza de café y se sentó a su lado, dejando que él enrollara su brazo alrededor de sus hombros para que ella apoyara su cabeza en él.

Caleb tomo un sorbo mientras que April lo veía ansiosa.

—Está riquísimo, ¿Cómo sabias que me gustaba de esa forma?

—No lo sabía—Se encogió de hombros—Solo lo supuse.

—Claro… Bueno, solo nos quedará esperar.

—¿Ya habrán empezado con la operación?

—No lo sé, la doctora me dijo que cuando…

La puerta de EMERGENCIAS se abrió y dejo pasar a una señora de entre los 30 y 35 años, con una gabacha blanca y guantes, cabello pelirrojo y ojos negros azabache.

 —Chicos, vamos a empezar la operación, al parecer va a durar más de lo que esperábamos, ha habido unas complicaciones con el tipo de sangre de Gabe, no se extrañen si tardamos mucho. Deberían irse a casa…—dijo la doctora con voz cansada, Gabe daba mucho trabajo.

—Nos quedaremos aquí, gracias—dijo Caleb un poco alarmado ¿Estaría bien Gabe?

—Está bien.—la doctora suspiró—Deséenos suerte

—Suerte—dijo April en una voz casi inaudible. La doctora salió de la habitación y se quedaron asustados y pensativos.

—April…

—¿S-si?

—Todo estará bien, créeme—dijo Caleb. Le dio un beso en la coronilla tranquilizándola.

—Lo sé.

Y así se quedaron esperando por el aterrador resultado que esperaban no tener que oír…

3 comentarios:

  1. Lo iba a leer en el foro, pero no lo encontraba xD Me ha gustado mucho el capi^^ Espero que no le pase nada a Gabe :s Raúl me cae bien^^, se ve bien simpático jaja Besines^^

    ResponderEliminar
  2. Que dicha que te gustara Nely ^^! Jajaja Raul... xDD! Y mi pobre Gabe... ya veran lo que le voy a hacer xD
    Un besote Nely!

    ResponderEliminar
  3. ¡NO! No, no, no, ¡casi los matas a los tres! ¿Es que estás loca o qué? D: ¿Cómo es eso de poner a unos locos a dispararles? Pobre Gabe!!! D:
    Estoy enganchadísima con la historia, ¡me encanta! Un besoo♥

    ResponderEliminar

¿Deseas comentar la entrada? ¡Hazlo, será un placer leerla! (Y deberías comentar, ¿eh? Es ley o.o Jajaja ok no xD) Sólo que ten en cuenta una cosa... (Y es una cosa realmente seria, ¡te lo digo! Algo así como... de vida o matamos a tu gato ._.! Y dirás, "Ja! Yo no tengo gato" Y yo te diré.. "Exacto ._.") ¡Comenta con respeto! ¡Si no te gusta lo que escribí y quieres decirmelo hazlo con respeto, es lo único que pido! Ahora, si ya te hartaste de leer esta introducción... Comenta :D!
Y recuerda sonreír siempre :3!