3/01/2013

¡Lee esto, a la cuenta de 3...2...1! ¡FELIZ AÑO NUEVO! (Ah, no, eso no era...)

Ah, bueno, ese gift solo sirve para que vean lo adorable que soy (?) JAJAJA :3 (Ok no ._. No me miren con esas caras de "sólo ella sabe" ¬¬ Yo soy adorable a mí manera... CÁLLENSE TT^TT! Eso es bullying(?) xD). Hola, hola mis alquimistas ^^ ¿Cómo se encuentran en este... VI-VI-VI-VIERRRNES :D? ¿Van a perrear porque es viernes ._.? *perrea, mami, perrea* xD JAJAJA ok no ._. Perdón por eso, es que me acaban de publicar una imagen de facebook de un perrito perreando y lo tenía que poner .-. Lo siento u.u Hablando en serio, ¿van a salir este fin de semana ^^? Espero que sí y que no tengan que quedarse como yo, en la casa, estudiando ¬.¬ Ya en menos de 1 semana y media son los exámenes. Estoy tan emocionada por estudiar mañana y aprenderme las cosas de Estudios Sociales♥ (Nótese mi sarcasmo, por favor) Meh, muerte al colegio y todo eso ._. (Muajajajajajaja, SAQUEN LAS METRALLETAAAAAS *me ven con cara atemorizada* ._. Oh por favor, ¿quién no tiene metralletas en esta vida? Se usan de día a día *menean sus cabezas* e.e Em... am... Dios, esto es incómodo... Bah, yo sí la saco ¬¬ *sacando metralleta* Admiren su belleza, su textura (?), su frialdad e.e JAJAJA ok no ._. No le digan a mi mamá e.e)

Eeeeeeeeeeen fin, mis amados alquimistas, hoy vengo a hacer lo que venía a hacer desde un principio antes de que ustedes me interrumpieran con sus bellezas siniguales(?) (Ah, qué halago más shekspiriano me salió xDD Dios, hoy sí ando tonta -.-). Y eso es... ¡CHAN, CHAN, CHAN! Pregúntarles dónde petras han estado, ¿eh ¬¬? Que andan más desaparecidos que mi abuela cuando va a la capital y se encuentra una ganga en una tienda, ¡ASÍ DE DESAPARECIDOS ESTÁN! Y es más, no están desaparecidos ustedes xD No, no lo están, porque tengo más de 100 visitas por cada entrada e.e (Ni petra idea de cómo, si somos 73 seguidores, peeeeeero, el mundo es curioso(?)), pero no comentan O.o Ah, gente, comenten u.u Me bajan el autoestima si no lo hacen(?) No ven que me hacen pensar que mi ego los molesta D: Díganme, y empiezo a ser modesta (... Aiiins, no debí prometer eso xD). No, no, hablando en serio, espero que estén bien y todo e.e Por lo general son muy constantes, no sé si andarán con situaciones difíciles, pues de ser así, espero que todo mejore para ustedes(: Les mando mis mejores deseos, de corazóóón :3

PERO HEY, no era solo eso a lo que venía ;3 No, no han tenido suficiente de mí xD Es que la verdad, hace como 1 mes, comencé una historia nueva y escribí su prólogo (sí, sí, estoy escribiendo 2 historias y vengo y hago un prólogo de una NUEVA -.- Qué genia), pero no la estoy siguiendo porque tengo... pues... otras dos y no, es mucho. Pero aun así, me gustaría que la leyeran y si pudieran, dejaran su opinión :D Recuerden que acepto críticas y todo eso, siempre es bueno recibir♥ Y si lo leen y les gusta, comenten, no se queden en las sombras gente xDD Así que, sin más por el momento, A LOS AMANTES DE LOS GATOS y a los amantes de los VAMPIROS les presentó...

Gatiros. 



1813, París, Francia. 

Truenos. Relampagueos. Luz y oscuridad. Todo eso se veía a través de la ventana de la gran mansión del viejo Allergard. Podría parecer irónico que un señor de su edad, con sus debidas canas ya adquiridas conforme el paso del tiempo, tuviese un hogar tan… lujoso. Más raro consideraba la gente de los alrededores, que nunca se hubiese casado, a pesar de su apuesto rostro. Muchas señoritas de la sociedad habían invitado a Allergard a sus humildes hogares, por una fiesta que la sorieé misma organizaba, todas con el propósito de llevarlo al altar. Aun así, con miles de invitaciones a cenar y coquetería descarada por las muchachas “educadas”, James Allergard nunca se casó. No tuvo hijos. No se preocupó. Él solo triunfó en lo que amaba hacer: ciencia oscura.
No, él no se había equivocado en sus decisiones. Jamás quiso contraer matrimonio, le resultaba fatigante. Primero que nada, tenía que conseguir a una señorita lo suficientemente educada como para entender lo que él hacía y además, debía confesarle con exactitud que a lo que se dedicaba no era ninguna magia de brujos. Normalmente, cuando él mencionaba algo sobre “ciencia oscura” la gente lo relacionaba con brujerías y antorchas para ir a quemarlo. Se exasperaba de sobremanera, pues, nadie nunca había entendido lo que realmente significaba su profesión. Ciencia oscura, ¿era tan difícil entenderlo? Es una ciencia prohibida, casi no conocida. 

Bien, debía confesar que sí se podía relacionar con la brujería… Se refería a que, en cierta parte trabajar con sustancias químicas, ponerlas en una olla gigante y pronunciar palabras en latín para que surtiera efecto lo hacían parecer un brujo de primera, pero nadie entendería que la ciencia es un término totalmente diferente a la magia. La ciencia era real. La magia, no —o al menos, así él lo creía. 

 Su bisabuelo se dedicaba a ello y su abuelo lo hizo por su parte también, su padre quiso seguir con el ritual y ahora él continuaba la tradición. Jamás pensó que llegaría a encariñarse tanto con lo que hacía, pero finalmente, así fue. No necesitaba amor en su vida —ya tenía suficiente con su gato—, necesitaba la ciencia y era lo único que tenía. De nada se arrepentía… O eso es lo que él se decía. La verdad era que tenía en claro que había algo que lo atormentaba. Si él no tenía herederos, jamás podría impartir su ciencia oscura con las próximas generaciones. Era ahora cuando se arrepentía de no haber tenido una esposa para procrear pequeños retoños, ya que eso significaba que no tendría a nadie a quién enseñarle todo lo que él podía hacer. Era decepcionante. 

Por esa misma razón. Por todos esos pensamientos que rondaron su cabeza, atormentándole por años, Allergard decidió trabajar en su poción. Una poción que le procrearía un heredero sin siquiera mucho esfuerzo. Desafiaría las leyes de la naturaleza, solo para conseguir lo que deseaba. Él sabía que podía y finalmente lo probaría. Ese era el día. Esa era la noche, en que todo pasaría. Era perfecta. El cielo caía con su lluvia incesable. Los truenos hacían su aparición y los relámpagos lo apoyaban. Él estaba listo, sabía lo que haría.

Con sus pensamientos positivos, el viejo canoso bajó las escaleras con una seguridad inmensa. Podía oler la sustancia desde ahí, preparándose para él. Sonrío con orgullo. Los ingredientes que llevaba no eran nada fáciles de conseguir. Por ejemplo, dos pelos de chupacabras casi le cuesta un ojo de la cara y el colmillo del lobo fácilmente pudo haberle arrancado una mano, sin embargo,  los consiguió. La sangre había sido fácil, solo había sido cuestión de ir a un hospital y robarse un poco de un frasco lleno de ella. En general, todo había salido bien… O eso es lo que él pensaba.
Silbó una melodía tétrica, parecida a una canción clásica de alguien bien reconocido, sin embargo, él no se acordaba de quién era la música que silbaba o si quiera le importaba quién la había compuesto. Después de todo, él solo quería completar su misión: crear un heredero. 

Ajustó su chaqueta, llegando finalmente hasta su gran olla negra, llena de una sustancia pegajosa y sublime, que podría haberse confundido con sopa de pollo —aunque una sopa realmente… asquerosa. Algunos “condimentos” si es que podían ser llamados así, sobresalían a través de la poción y el viejo se sintió totalmente orgulloso por su gran creación. Tomó la gran cuchara de madera que guardaba contra el fuego y batió la mezcla amarillenta, haciendo que sonara espesa y la olió con mucho fervor, sintiéndose derretir. Se olfateaba deliciosa —aunque solo él lo considerara así. La verdad era que estaba horrible. Pareciera que alguien había decidido combinar una paloma moribunda con chuleta y sangre, pero claro, ¿quién iría a desafiar a un señor que llegaba a la edad mayor, con una idea metida en la cabeza?—, tanto así que lo hizo sonreír, mostrando todos sus dientes, algo no muy común en Allargard. 

Dejó la cuchara de madera en su lugar y casi quiso correr hasta la ventana, fijándose en el tenebroso y frío clima que se mostraba ante los vidrios. La luna brillaba tal cual armadura recién lustrada y podría haber jurado que le sonreí con aprobación. Era la hora, estaba listo. El mundo se alineaba para él, solamente él. 

Se acercó una vez más hasta su gran cacerola y justo cuando iba a comenzar todo, su gato lo sobresaltó, enredándose entre sus piernas como todo buen felino. El viejo se lo sacudió de los pies y le dirigió una mirada severa, haciéndole saber que le haría cariñitos y pucheritos al rato. El minino, que parecía entender todo como una persona común y corriente, maulló en protesta y le dio una mirada severa con esos grandes ojos azules que se traía. Su pelaje negro resplandecía contra la luz de la luna y llevo con movimientos lentos y predeterminados, a su linda y felpuda colita hasta una silla, viendo a su amo cambiarle por una olla llena de porquería.  Cualquiera que mirase de cerca al gatito, habría pensado que estaba haciendo un plan para hacerle alguna travesura a su dueño, algo malvado. 

Pero claro, él era un gato bueno.

Allergard le dio una última mirada a su mascota, asegurándose de que no le fuese a interrumpir de nuevo y finalmente, alzó las mangas de su chaqueta para comenzar, alcanzando a su vez la cuchara y moviendo la poción, haciendo que brillara un poco. 

Carraspeó, tratando de hacer su voz sonar realmente clara y fuerte.

Tonitrui sunt pulsandum. Radii fulgebunt post me et da mihi adprobavissent coruscantis. ¡Luna subrisit! Fac praebere. In adiutorium meum quaero.
 
Un trueno se escuchó por toda la sala, seguido por un rayo en compañía. Los relámpagos se vieron a través de la ventana y la luna se mostraba tenebrosa ante la habitación. Como si la sustancia cobrara vida, comenzó a burbujear. 

Allargard movió la olla, dándole 3 vueltas consecutivas y batiéndola todavía más rápido.

Nihil mali est bonum velle. A creatione quod multi intelligunt et quidam numquam intelligere. Natura significat, adiuva me cum creatione! Adjuva me, atro scientia, unumquodque est in arbitrio tuo!

Las burbujas explotaron, el líquido se tornó de un color rosáceo y echó humo, literalmente. Él la olió con adoración, sabiendo que estaba cerca, casi nada faltaba, ya estaban ahí. Su gato maulló, viendo todo con admiración, sin embargo, no le prestó atención, toda su concentración estaba ante él.

Sacó la cuchara de madera con rapidez y metió un bol de el mismo material, sumergiéndolo en la sustancia y sacándolo, repetidas veces. 

An heir've creata hic. Heres me expectant. Quia bonum sit Filio, ¡da michi caritas nunquam seni! Scias oportet te scire volo a vobis. Aenean semper da quod sperandum est filius et heres ¡filius lunam te Da mihi! Cum stella testimonium mihi solum aspectum —finalizó, esperando los resultados. 

La poción pareció estornudar, pues varias gotas se salieron de la gran cacerola y un fuego azul se esparció a través de ella, haciéndole retroceder con temor, pero luego dándose cuenta que era inofensivo y que ni calor transmitía. Con cuidado, metió la mano en su preciado líquido y lo sintió. Estaba en temperatura perfecta. Lo había logrado, ¡todo estaba listo! 

Rió como loco, sintiéndose la persona más inteligente del mundo. La alegría que le embargaba era indescriptible, pues sabía que tuvo éxito. ¡La ciencia oscura había triunfado! ¡Su heredero pronto estaría con él! 

Conteniendo su emoción, cogió el bol y lo metió de nuevo.  Justo cuando iba a sacar un poco para meterlo en uno de sus recipientes de cristal, el entrometido gato maulló demasiado cerca de él. Sus ojos volaron hasta el filo de la olla, donde vio una mancha negra con ojos azules viéndole con malicia. 

Comenzó a menear su cabeza, advirtiéndole que no lo hiciera, pero el gato ya se había decidido.  Alguien loco habría dicho que el minino sonrío con sus rasgos felinos y finalmente, tomó de la poción, saboreando cada gota. Le sabía a atún y leche, con un poco de pescado podrido en él. Delicioso. Lamió sus bigotes con fervor, divertido. Eso le pasaba por no prestarle atención.
Allergard gritó, arrastrándose hasta alcanzar a su mascota y tomarla sin piedad. Despotricó contra él y hasta podría decirse que perdió su educación al haber dicho “¡Merde!”, inapropiadamente. ¿¡Acaso era estúpido!? ¿¡Cómo se le había ocurrido tomar de… de… de su preciado invento!? ¿¡Cómo!? ¿¡Acaso no veía que tenía que probarlo en alguien antes de ver si funcionaba o…!?

Sus ojos se iluminaron y vio al gato con atención. Una lenta y maquiavélica sonrisa se esparció a través de su rostro. Oh, el destino lo había querido así, ya entendía todo.

—Gato estúpido —le dijo en su francés natal perfecto—, ¿pensabas que me hacías un daño o cobrabas venganza? No sabes lo que has hecho. No lo sabes…

El felino maulló, pidiéndole con sus hermosos ojos azules que lo bajara. Le lamió la nariz, como pidiendo perdón y trató de acurrucarse en su cuello. El viejo rodó sus ojos. No podía evitar sentirse encariñado con él; la verdad era que sí su gato se hacía su heredero, estaría feliz por ser justamente su fiel mascota. 

Dándole una pequeña caricia, lo bajó hasta el suelo, suspirando. Sabía que no cobraría “vida” hasta después, nada era inmediato. Teniendo precaución, tomó de nuevo un poco del líquido y lo guardo en su recipiente de vidrio,  haciendo lo mismo con otros pocos. Un poco agotado, subió hasta su recámara, donde escondió su creación en un pequeño cofre cuya llave solo él sabía dónde se encontraba. Tal vez podría necesitarlo para después. 

Pasando por el ritual antes de dormir, Allargard se acostó en su cama, su gato acurrucándose a su lado, como siempre. Cerró los ojos con pereza y le dio una última ojeada a la luna, pensando con esperanza que, tal vez, solo tal vez, sí lo hubiese recompensado con lo que le pidió.

A la noche siguiente… 

La luna aparecía nuevamente a través de la ventana del viejo canoso. Parecía burlarse de él, como diciéndole: no obtendrás lo que deseas. Él suspiró con frustración. Había creído que sí pasaría, que de un pronto a otro vería a su gato  y él estaría todo hecho y derecho como un hombre, pero no. Esos no eran más que sueños que había creado su ingenua mente para ilusionarlo. La ciencia lo había traicionado está vez…

¡Qué tonto había sido! ¿Cómo se le había ocurrido pensar que tendría un heredero así de fácil, desafiando a la naturaleza y todo lo que se conoce de ella? ¿Cómo rayos pudo imaginar que funcionaría en cualquier estancia? No le veía sentido, seguramente estaba loco y ni cuenta se había dado. ¿Debería ir a donde uno de esos señores que se hacen llamar doctores para la cabeza? Tal vez sí, no le haría nada mal ver si algo andaba…

Un resquebrajo. Algo que sonó como dolor. Crack. Se volteó con alarma. ¿Qué estaba pasando? ¿¡Le estaban robando!? ¿¡Había cerrado la puerta con seguro!? Ya no lo recordaba. Solo eso podía faltar, ¡que le robasen! Era el colmo. 

Con prisa, se separó de la hermosa vista que le propiciaba la ventana y se apresuró a subir por las escaleras, buscando el origen del sonido.  ¿Dónde estaba Lucian? ¿Qué se había hecho su querido gato? ¡No podía permitir que le hicieran daño! 

Se pasó una mano por su canoso cabello, cansado e irritado ¡No era tiempo para pensar en eso! ¡Tenía que apresurarse! 

Los escalones chillaron bajo su peso, la madera rompiéndose bajo él y justo cuando llegaba al filo de ellas algo lo detuvo. Había una forma encorvada ante él, un pelaje negro que gemía de dolor y angustia. Él enfocó su mirada, tratando de averiguar si veía bien. ¿Era ese su gato? ¿Lucian? ¿¡Acaso era él!? 

Unos ojos azules brillantes lo vieron fijamente, mostrándole que ocupaba ayuda. Sí, era él.
Tragó duro. ¿Qué le pasaba a su amada mascota?

Un sonido extraño se produjo de la garganta del felino, como si tuviese algo pegado y no pudiese sacarlo. Trató de levantarse, pero cayó en sus patas traseras, mostrándose cansado. De pronto, su cuello empezó a crecer, largo y ancho, su columna se elevó hasta arriba, pareciendo rabioso.  Como hipnotizado, el viejo nunca quitó la mirada de lo que pasaba. ¿Realmente estaba sucediendo?

El pelaje del minino pasó de ser negro a algo color beige, muy parecido a la piel. Todo el pelo que alguna vez ocupaba su cuerpo, pasó hasta la cima de su cuerpo, ubicándose en una parte que distinguirse como su cabeza. Sus patitas, que alguna vez tuvieron garritas, ahora se convertían en dedos largos y formados, junto con una creación de brazos alargados. Lo mismo pasó con sus patas traseras, que se convirtieron en algo muy parecido a los pies y piernas. 

Finalmente, un cuerpo se alzó ante Allargard, intimidándolo internamente. No se le veía bien en la oscuridad, hasta que unos grandes ojos azules abrieron paso a través del rostro del muchacho, iluminando la estancia. Tragó duro. ¿Lo… lo había… logrado?

—¿Lucian? —dijo con un hilo de voz. 

Por lo que pudo visualizar, él abrió la boca para hablar. 

—Miau… 

Ambos se vieron sorprendidos. 

¿Acababa de maullar? 

Lucian tocó su garganta, abriendo los ojos con terror. ¿Esa era su voz? ¡No, no lo era! Era demasiado grave y humana como para ser suya. Sin embargo… ¿Por qué sus patas se sentían tan grandes? ¿Y cómo rayos las había llevado hasta su garganta? Bajó su mirada, hasta ver a su amo. ¿Cómo podía verlo desde esa altura? No recordaba haber trepado a ninguna parte… además, se sentía extrañamente nuevo, como renovado. 

Sacándolo de su ensueño, Allargard —con un poco de miedo y euforia—, lo condujo hasta su habitación, donde había un gran espejo en el que podría verse. Debía saber cómo era a partir de ese momento. 

Fue muy divertido llevarlo, pues el pobre ex gato no podía caminar del todo bien… De hecho, gateó hasta la recámara, con movimientos felinos y rápidos, fijándose con precaución en todo lo que veía. ¿Por qué todo se veía tan pequeño? 

¿¡Y por qué ahora era todo multicolor!?

El viejo sonrío, sabiendo que todo era extraño para él. Fue despacio, con calma y le dirigió hasta sus aposentos, donde le hizo levantarse y colocarse frente al espejo. Lucian se tambaleó con elegancia y finalmente, después de mucha lucha contra sus piernas, se puso totalmente de pie y se vio…
Y casi se vuelve a caer. 

¡Oh Dios! ¿Esos eran sus felpudos brazos? ¿¡Y su pelaje!? ¿Dónde rayos había quedado? Se tocó con extrañeza, sintiéndose. Era más áspero, también. Ya no era igual de suavecito. Suspiró, bueno… no es como si fuese algo que no había visto antes. Era como ver a su amo, pero en versión joven y…
Su mirada cayó hacia abajo, bastante abajo…

Y ahora sí se cayó del susto.  ¿¡Qué era eso de ahí… tan… raro!? 

El problema era que Lucian estaba desnudo. ¿Qué quería, salir con ropa común y corriente? ¡Era un gato! No podría convertirse con sus prendas incluidas. Aunque a muchos les hubiese dado pena, al viejo Allargard ni le afectó, ya que hubo un tiempo en el que había sido doctor y había visto muchas cosas que preferiría no fuese así —además de que nadie le podía quitar la gran alegría que sentía. 

—Ten, Lucian, cúbrete con esto… —le tendió un gran abrigo largo, él lo tomó inmediatamente y se cubrió a cómo pudo, pues no sabía cómo ponérselo—. Creo que tendré que enseñarte la anatomía humana.

Él lo observó con confusión. ¿Qué acababa de decir? No entendía nada. Era como si fuese un extranjero que hablaba español, tratando de comprender el alemán. Imposible sin enseñanza. No podía caminar, pues no sabía cómo. No podía hablar, no le habían enseñado eso. ¡No sabía cómo vestirse! Y mucho menos qué eran todas esas cosas raras que se encontraban a través de su cuerpo… Extremidades y órganos normales para cualquiera, pero asquerosas y terroríficas para un gato.
El viejo lo veía con diversión, pues sabía que muchas ideas cruzaban a través de su mente y no todas muy cuerdas. Meneando su cabeza, se acercó hasta él para tratar de levantarlo, pero lo único que hizo fue asustarlo y entonces, él hizo algo que jamás pensó que haría.

Le mostró sus colmillos, de forma amenazante. Los ojos del científico se abrieron tan gigantescamente que podrían haberse salido de sus órbitas. ¿¡Qué eran esos colmillos!? ¡No eran normales! No eran de humanos… eran de… de…

De un vampiro.

Tragó duro. ¿¡Cómo había pasado eso!? Se había asegurado de que todos los ingredientes fueran perfectos, los colmillos, el pelo… 

La sangre. 

Se llevó una mano a su cabello, asustado. Sin pensárselo dos veces, corrió hasta la sala, donde tenía todos sus ingredientes a medio gastar, dejando a Lucian solo. Buscó como desaforado, tratando de encontrar lo que tanto esperaba tener y finalmente, abrió el frasco lleno de sangre ante él. No dudó y volvió a subir los escalones a la velocidad de una liebre en una carrera y entró a su habitación, viendo a un Lucian medio estabilizado viéndose al espejo con horror. ¿Qué rayos le había pasado?

Justo cuando Allargard se mostró ante él con la sangre, el gato ahora humano se volteó con rapidez, oliendo lo que se avecinaba. Al ver el contenido rojo que tenía el frasco casi se lanza hasta él y lo tomó con hambre. El viejo se mostró tan aterrorizado, que se puso más blanco que una lija de papel. 

¿Cómo rayos era un vampiro y un gato a la vez? Se refería a que, ¡no parecía vampiro! No era pálido, no estaba frío y no tenía…

Ah, sí tenía colmillos. Olvídenlo.

Se jaló del pelo, estresado. Tomó aire y se sentó con tranquilidad, observando a la luna para pensar. Él había pedido un heredero y se lo había dado… No era alguien normal, eso él lo supo desde que el minino se tomó la poción, pero jamás pensó que crearía una cosa tan… antinatural. 

El señor James Allargard pensó que lo que había creado no sería más que algo de poco tiempo, algo que no duraría y a lo que no podía ponerle nombre…

Lo que él no sabía es que su “pequeño y antinatural” heredero sería el primero de la raza de muchos y que ese día, en Francia, París, había logrado crear algo igual de aclamado que los vampiros, amado como los hombres lobo y sentenciado por los humanos. 

Él había creado…

Un gatiro.

Traducción del latín al español, palabras para la poción:
Los truenos están sonando. Los rayos resplandecen tras de mí y los relámpagos me dan su aprobación. ¡La luna me ha sonreído! Haced mi disposición. Ayudadme en lo que os pido.
Nada malo es, algo bueno será. Una creación que muchos entenderán y de los cuales otros nunca comprenderán. La naturaleza entenderá, ¡ayudadme con la creación! ¡Ayudadme, ciencia oscura, que todo sea a tu disposición!
Un heredero he creado aquí. Un heredero que espera por mí. Yo sé que un buen hijo será, ¡tan solo dámelo a mí, un pobre viejo que el amor nunca hallará! Sabes que yo lo necesito, sabes lo que quiero de ti. Dadme lo que siempre he esperado: un hijo, un heredero, ¡el hijo de la luna en ti! Dádmelo hoy, con las estrellas de testigo, con mi persona, como único observador.

¿Qué diceeeeeeeen? ¿Les gustó ^^? Espero sus opiniones.
Eeeeeeeen fin, les mando besos y apapachos,
Mel(: 

4 comentarios:

  1. Vaya pedazo entrada D: Das muchas vueltas para decir que estamos perdidos, pero estás de suerte porque hoy pude pasarme por los blogs para comentar! Jjajajaja
    Ya sabes que con los estudios estoy muy perdida, no tengo mucho tiempo, pero pronto se tranquilizará la cosa :)

    Un beso enorme Mel :D Y apapachos pa ti también ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JAJAJAJA! xD No doy muchas vueltas, es que tengo que preguntarles cómo estááán♥ (Ah, te lo he dicho, adorabilidad on xD) Y también pregunté dos cosas, así que... ¡Ja! (?) e.e
      Jajaja tranquilidad, que yo ando igual e.e Demasiados exámenes u.u
      Suerte con todo Rei :3

      Teeeeeeeeeeeeeeee mando besos y apapachos de nuevo♥
      Mel(:

      Eliminar
  2. Cuando lei Gatiros lo primero que pensé fue: '... Wait, what?' Jamás se me había pasado esa idea por la cabeza ._. En serio, ¿cómo se te ocurrio la idea? D: ¡¿Qué estabas pensando?! asdfghjk xD
    No te voy a mentir, me parece una idea extraña pero me gusta ;3 Así que me gustaria que la continuaras para ver como sigue.. todo... esto... En serio, aun flipo D:
    Cambiaste el diseño o: Y ahora puedo entrar a tu blog *-* es que tu blog se demoraba mucho en cargar y cuando lo hacía, andaba pegado ;c Pero ahora ya no! *D* Así que podre joderte más seguido :D yay!
    Me largo d1 tengo que leer :B
    byebye(:

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JAJAJAJA! Estaba pensando en gatos... y de un pronto a otro, le dije a mi hermano "¿Qué pasaría si se combinaran vampiros con gatos?" Y aunque comenzó como una broma, pensé en hacerlo realidad, ¿por qué no ;)?
      Jajajajaja bueno, es una idea extraña, pero con tal de que guste, yo feliz♥ Aunque la continuaré cuando termine con Trey y Lizzie, para eso falta mucho ;3
      :O SÍ! CAMBIÉ EL DISEÑO *-*! Jajajaja :3 Seguramente el mismo diseño lo hacía lento u.u Me alegra que ahora se te haga más rápido :D Y jódeme todo lo que quieras, siempre me haces reír x3
      Yay! (?) e.e
      Teeeeeeeeee mando besos y apapachos♥ (Ve, lárgate a leer xD)
      Mel(:

      Eliminar

¿Deseas comentar la entrada? ¡Hazlo, será un placer leerla! (Y deberías comentar, ¿eh? Es ley o.o Jajaja ok no xD) Sólo que ten en cuenta una cosa... (Y es una cosa realmente seria, ¡te lo digo! Algo así como... de vida o matamos a tu gato ._.! Y dirás, "Ja! Yo no tengo gato" Y yo te diré.. "Exacto ._.") ¡Comenta con respeto! ¡Si no te gusta lo que escribí y quieres decirmelo hazlo con respeto, es lo único que pido! Ahora, si ya te hartaste de leer esta introducción... Comenta :D!
Y recuerda sonreír siempre :3!