Un simple y único mundo.

Y a veces, todo lo que necesito es esto. Una hoja en blanco, algo vacío que ocupa ser llenado. Pienso que en algunos momentos se parece a ese vacío que muchos sentimos en nuestros corazones, un vacío que no parece poder ser llenado. Si fuese tan fácil como esto, como sacar todo lo que llevas dentro y plasmarlo ante un papel en blanco, la vida sería fácil. La vida no sería tan estresante como lo es hoy en día. La vida sería como en los tiempos de antes, cuando el aire puro era lo único que necesitabas para tranquilizarte, cuando los árboles y su color verde iluminaban el día, tal cual un enamorado se ilumina ante los ojos de su amada, cuando el color de los ríos no era verde o transparente, sino que contenía un color cristalino, que con el cielo lograba verse azul, así como las nubes flotan esponjosas en el alto de por aquí. Si la vida se pareciera a esos viejos días, donde los chismes no eran constantes, donde el internet parecía un experimento de siglos después y donde las amistades eran de una vida entera, nosotros no seríamos como somos. No seríamos lo que muchos son ahora. 

A veces pienso, que los valores no serían a como son hoy. Unos valores que en algún tiempo tuvieron su propio nombre: VALOR y que hoy, muchos de ellos no son más que palabras que se pronuncian por personas que ni tienen claro su significado, personas que tienen el coraje de hablar del amor, de la paciencia, del respeto, cuando ellos mismos son los que propagan el odio, la intolerancia y palabras ponzoñosas a sus mayores. Me gustaría vivir en ese tiempo donde un “te amo” no eran simples palabras habladas por al que se le antojara decirlo, donde un abrazo significaba más que nada en el mundo y un beso era la señal de que todo podía ser diferente, todo podía comenzar con el simple roce de unos labios. Sí, me encantaría ser parte de ese tiempo, del tiempo de mi sabia abuela, que por algo llegó a ser lo sabia que es hoy. Me fascinaría estar entre él y sin embargo, me duele decir que no encajaría. ¿Cómo es que no lo haría, cómo estoy tan segura de no encajar en un mundo que algún día existió? No lo sé, simplemente sé eso. Mis pensamientos no concordarían con ese tiempo. No soportaría el machismo, no soportaría la idea de que no me dejaran estudiar o trabajar lo que yo quisiera. No soportaría pensar que por ser mujer, debiera quedarme callada ante todo. No soportaría ser manejada ante una sociedad que no me comprendía. No soportaría no poder hablar por mí misma. Sí, no soportaría fingir que no soy quién soy. No lo soportaría… Y por eso sé que nací en la era que me tocó, que aunque añore días que para muchos son perfectos, aunque desee que el mundo sea un poco parecido a lo que alguna vez fue, no soy de esos tiempos. Porque esos tiempos no eran perfectos, al igual que el tiempo de ahora sigue sin serlo y, sin embargo, parece ser que me he acostumbrado a esto en lo que vivimos. Me he acostumbrado a ver estas cosas estúpidas que el ser humano puede llegar a hacer, a ver cómo no todos piensan ante lo que vivimos, a ver cómo la vida es diferente a lo que alguna vez pudo ser, a ver todo esto… 

Pero me alegra estar aquí. Me alegra, porque sé que haré algo por el mundo. Llegaré con mis ideas a los ojos de muchos, a sus oídos, a sus sentidos. ¡Ustedes, algún día me oirán! Oirán lo que pienso, escucharán lo que digo, entenderán que las palabras que suelto no son palabras sin sentido, si no palabras con una sabiduría inducida. Sabiduría que apenas tengo, pero que algún día crecerá y compartiré con el mundo. Espérame, mundo, porque sé que llegaré. Sé que haré algo en mis tiempos, ¡algo para que la gente caiga en cuenta que podemos tener una combinación de dos eras! Donde los valores vuelvan a ser lo que fueron, donde el machismo no existe, donde los ríos vuelven a brillar, donde la discriminación parece mínima, donde los chismes cesan y donde todo avanza… Un mundo que parece perfecto, pero que a la vez no lo será. Sí, ustedes escucharán de esto… 

De viejos tiempos, dos eras, convertidos en un simple y único mundo.