Siempre
me ha encantado el dibujo, ¿sabes? Ver cómo las personas tienen la habilidad de
plasmar el rostro de otra en un simple papel me maravilla. Los trazos cuidados
—pero que aparentan no serlo—, en cada cabello, el carboncillo difuminado que
da vida a las sombras, los ojos de color, que en algún momento eran simples
puntos… Sí, eso es simplemente hermoso. Tener la posibilidad de ver a alguien y
decir: quiero dibujarlo y realmente hacerlo. Mantener esa cosa que muchos
llaman arte, otros talento y yo: dibujo. Esa posibilidad inquietante de tomarle
una foto a la gente en tu mente y ser capaz de analizar la tristeza en sus
ojos, las sonrisas de sus labios y las verdaderas historias que tratan de
ocultar, a través de sus rostros. ¿Acaso no es magnífico, dibujante? ¿No te
sientes afortunado de tener una habilidad tan preciosa que mucho no pueden
tener? ¿No se te va el aliento cuando piensas detenidamente en lo gratificantes
que han quedado tus obras de arte? ¿No sonríes ante el susurro de los simples
elogios que una pequeña escritora puede hacerte? ¿No lo haces? Dime que sí.
Grítame que sí, porque sé que es así. Sé que haces eso y más y que aun así,
nunca podrás convencerte de que eres bueno del todo, porque siempre hay
inseguridad detrás de lo que realmente nos apasiona. Nunca faltará el “y si le
hubiese agregado esto…”, al terminar. Pero créeme, no tenías y jamás tendrás,
que añadirle nada, porque cuando algo está creado con pasión, termina siendo
imperfectamente perfecto.
Deberías
creer en mis palabras, gran dibujante, te lo digo de corazón. ¿Sabes por qué?
Porque yo no puedo hacer lo que tú. No puedo crear con poca luz y muchas
pinturas un paisaje que nunca he visto. No soy capaz de tomar una hoja en
blanco, coger un lápiz y comenzar a dibujar trazos suaves, fuertes, difuminados
y alargados, creando poesía con retazos. No puedo, nunca he podido y no creo
que en un futuro, pueda, porque por más clases que lleve y más conocimientos
adquiera de tu hermoso talento, no tengo lo que tú tienes: no tengo ese don.
Por eso te admiro tanto. Esa es la razón por la cual me quitas el aliento cada
vez que veo un dibujo hecho a mano. Esa es la lógica de los pensamientos que me
han transcurrido por la mente una y otra y otra vez, en los momentos en los que
veo a cualquiera moviendo su mano contra un bloc de notas. Es por eso, todo
esto.
Sin
embargo, deberías dejar de fruncirme el ceño, porque sé lo que estás pensando.
No menosprecio lo que hago, pues debo decirte que me siento afortunada de tener
la habilidad que tengo yo. Sí, sé que la tengo. No, no trato de sonar
arrogante. Es mi pasión, es mi vida, es lo que me hace respirar con dicha. Escribir
me hace palpitar dos, tres, cuatro, millones de veces, algo así como lo que tú
sientes cuando dibujas, pero diferente… Muy diferente a la vez. Te estás
volviendo a confundir, ¿no? ¿No encuentras la desemejanza? Oh, créeme, son
bastantes, no solo una. Mientras yo creo la descripción de unas manos, los
suaves que se ven, pero lo ásperas que realmente son, su color desmejorado por
la enfermedad creciente en su piel, pero el esfuerzo que transmiten al trabajar
día y noche, tú traes a la vida lo que
yo he creado. Su suavidad y aspereza, su dolor y confusión, el trabajo contra
la vagancia, en simples pero tan complicados líneas, que juntándolas y
rellenándolas con el color de la existencia, se convierten en mi sueño. En mi
imaginación. En mis sentimientos clandestinos que solo expresaré con
palabras en una hoja, a lo largo de mis años de vivir.
Tú,
dibujante, traes todo lo que yo podría desear ver ante mis ojos y me llenas de una
felicidad tan inmensa que es indescriptible. Te aplaudo, no por tu talento,
sino por aprovecharlo y con ello siendo egoísta ayudándome a mí.
Porque muchas veces me encuentro tan enfrascada en lo que hago y en lo que amo,
que no logro observar a mi alrededor y analizarte a ti, que tal vez, deseas
poder expresarte como yo con letras, pero que, sin embargo, no puedes. Y ahí es
donde nos encontramos, querido, deseando y dándonos cuenta de lo mismo: que da
la casualidad que no seríamos lo mismo el uno sin el otro. Nuestro complemento
invisible, que pocos notan. Por eso estoy expresándote cómo me siento acerca de
ti, tratando de hacer un homenaje hacia tu persona con mí talento para que
veas lo mucho que te admiro, porque no haría esto con cualquiera, porque
puede ser que algún día, tú me dibujes escribiendo esto, dándome una vida que
ahora no poseo en tu mente, pero que pronto, tendré, tendremos. Gracias,
dibujante, por hacer mi vida más colorida…
De
lo que ya es.
Muy muy bonito!
ResponderEliminarMe ha encantado como todo lo escribes!
Un besito!^^
Ayy Meli, me ha encantado, el homenaje más bonito que he leído hacia los dibujantes (y hacia mí por extensión)
ResponderEliminarMe ha encantado, precioso.
ResponderEliminarbesos
precioso, me ha encantado. Un dibujante dibuja lo que el escritor escribe.
ResponderEliminarUn beso
Que bonitoo:) me ha gustado mucho
ResponderEliminarbesitos
Me gustó muchísimo!!! tienes mucha razón.. Cada uno tenemos nuestro don y se nos da bien una cosa... yo nunca podré dibujar como otras personas :) y conozco a dibujantes :) Un besito
ResponderEliminar¿Sabes Mel? Ya sabes que me encanta como escribes ^^ Pero además de tus textos en los que hablas sobre el arte de escribir, este arte también me encanta, la verdad que es algo que me gusta desde pequeña y siempre se me ha dado bien. Lamentablemente lo dejé hace años, ahora me arrepiento de no haber seguido aprovechando ese talento mío... pero bueno, aunque como se dice, nunca es tarde, no? xDD
ResponderEliminarBueno, no quiero enrollarme contándote mis cosas, cuando lo que hay que alabar son tus escritos :) Nunca lo dejes Mel :3 Un besito enormemememememe <3
Es precioso muy bien estructurado! Un beso cielo! Sigue así! Pásate por favor!
ResponderEliminarLINDA! Muchas gracias por tus comentarios tan bonitos que siempre me sacan una sonrisa ^^
ResponderEliminarEn verdad a mí me gustan todos los géneros para leer... hasta el momento no hay libro que no haya leído solo porque sea de terror, erótico, de fantasía, etc. Leo de todito. Jajajaja, así que cuando hayas hecho la lista, me avisas y me paso corriendoooo ~~
Respecto a la entrada. Ya la había leído pero no supe qué decir. La verdad es que yo no sé dibujar... las personas me salen monigotes, los rostros me salen como emoticonos, los animales parecen hechos un por niño de 5 años y las flores me salen más o menos xDDD Pero soy pésima dibujando de verdad. Aunque me gustaría para así tener mi propio comic y esas cosas que nunca haré porque no sé dibujar -.-
UN BESOOOTE :):):):)
Me encanta el blog :3
ResponderEliminarMe quedo por aquí
Un beso^^
premiooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarhola!!
ResponderEliminarOh es precioso esto que has escrito sobre las personas que dibujan
un beso!
Que bonito, ya me gustaría saber dibujar y poder capturar el alma de las personas.
ResponderEliminarYo no seguia tu blog, aunque creo que ya había entrado antes pero como andaba toda loca por la uni no recuerdo bien, me ha gustado muchisimo!
Las entradas anteriores son hermosas y me gusta la música.
En fin, ya te sigo y ahora que son vacaciones andare por aqui.
Me puse a curiosear tu blog y me quedé anclada aquí. Yo dibujo desde que puedo sostener una crayola y me sigue apasionando. Te voy a decir porqué me gusta: creo que mientras dibujas y mientras ves tu obra terminada la estás habitando como si fuera un mundo. Y yo veo a cada uno de mis dibujos como un planeta portátil que me ayuda cuando la realidad no me favorece.
ResponderEliminarQué bien se sintió leer tu texto: no importa que no sepas dibujar (Y no pienso que nunca puedas) porque retratas muy bien las inseguridades y satisfacciones que, al menos yo, siento al hacerlo. Me sentí muy identificada.
La última parte tiene algo todavía más especial. La conexión entre literatura y arte plástica es muy interesante y estrecha. Últimamente me he dedicado a ilustrar textos y me ha gustado como no tienes idea.
Muchas gracias, y un saludo desde México :)
(Por cierto, cuando quieras puedes pasar a mi blog, donde duermen mis mundos :)